mare-que-no-pot-dormirPara muchas embarazadas las horas nocturnas se convierten en un infierno. Cogen varios cojines, uno entre las piernas, otro para mantenerlas en alto, otro en el cuello y cuando por fin han encontrado la postura o entran ganas de ir al baño o el peque se empieza a mover transmitiendo la sensación que lo estamos aplastando.

La Sociedad Española de Sueño estima que hasta el 70% de las gestantes padecen algún trastorno del sueño, por lo que si estás en el grupo no te preocupes,  se trata de una circunstancia frecuente que no afecta a la salud del feto ni de la madre, pero que provoca que la embarazada se sienta fatigada la mayor parte del día. Y esto es incómodo, sobre todo, si se trata de una mujer que trabaja fuera de casa, con un horario poco flexible.

Durante el primer trimestre del embarazo (hasta la semana 12 aproximadamente), la mayoría de las mujeres se quejan de que se sienten cansadas y tienen más sueño que de costumbre. La responsable de esta situación es la progesterona. El aumento del nivel de esta hormona femenina, encargada de preparar el útero para la implantación del embrión, provoca mayor somnolencia durante el primer trimestre.

Lo ideal es descansar todo lo posible, pero si las circunstancias no lo permiten porque se tienen otras tareas que atender, se debe recurrir a otras medidas, como la alimentación ligera o el ejercicio físico. Además, cabe recordar que un café al día, si apetece, va ayudar a llevar esta etapa de una manera más digna sin perjudicar la salud del bebé.

Durante esta etapa, también hay embarazadas que sufren insomnio debido al estrés que les provoca el no saber cómo está el bebé o los miedos típicos de la maternidad. Para poder aliviar este nerviosismo se pueden seguir algunas medidas que explicaremos más adelante.

 

Cuando se llega al segundo trimestre, el sueño no suele ser un problema. Parece que el cuerpo de la mujer se adapta al cambio hormonal, ya no hay tanta progesterona y se vuelve a recuperar el ritmo de sueño normal.

Pero llega el final del embarazo, cuando la barriga ya es voluminosa y algo molesta y se añaden los movimientos fetales, la lumbalgia y la frecuencia de orinar que hacen que  te tengas que levantar más a menudo, reduciendo la calidad del sueño. Además, los nervios y la preocupación de cómo será el parto vuelven a aparecer. Todo ello tiene como consecuencia: mayor cansancio durante el día.

Otro trastorno frecuente durante esta etapa es el síndrome de piernas inquietas, que causa las molestas rampas nocturnas y que está relacionado con la reducción de elementos como el hierro y el folato.

 

Desde Matertraining os proponemos algunas medidas para mejorar la calidad del sueño, tema fundamental para mantener un buen estado de salud:

  1. No tomar bebidas con cafeína a partir de las 18 horas.

  2. Cenar temprano para así evitar la pesadez de estómago y los ardores típicos

  3. Seguir una dieta saludable que contenga todos los nutrientes esenciales ( este tema se trata con más profundidad en nuestros cursos)

  4. Hidratación abundante durante el día, pero restringida las 2 horas previas a acostarse, así se evitará el despertar frecuente por la micción continua.

  5. Tomar un baño antes de dormir puede ser muy relajante.

  6. Mantener una temperatura adecuada en la habitación. Además un humidificador puede hacer que no se beba tanta agua por la noche y mejore la sensación de sequedad de boca.

  7. Adoptar una postura confortable sin obsesionarse con el decúbito lateral izquierdo (tumbarse de lado izquierdo es cierto que favorece el retorno venoso y aumenta la oxigenación del bebé, y aunque es la postura más recomendable  no es la única  que la mujer embarazada puede adoptar). La mujer debe buscar la posición más cómoda. Un cojín entre las piernas como los de Climbmy puede facilitar las diferentes posturas. Si tienes pensado comprar el cojín de lactancia para cuando nazca el bebé, es recomendable que lo compres antes y lo aproveches para acomodarte durante la noche.

  8. Si te despiertas a media noche y no puedes pegar ojo: no hay que agobiarse, leer o concentrase en alguna actividad que te interese ayuda a desconectar de las preocupaciones. Practicar técnicas de relajación como ciertos ejercicios que se explican en la clase de ejercicios durante el embarazo también suelen ser eficaces en estos casos.

Ya sabemos que es muy fácil opinar si no se está en la situación desesperante de insomnio nocturno y somnolencia diurna cuando todo el mundo te reclama, pero si ese es vuestro caso, no desesperéis. No intentéis llegar hasta donde no podéis. No olvidéis que estáis embarazadas y que os debéis cuidar y mimar como nunca.  Nosotras nos daremos por satisfechas si con alguno de nuestros consejos hemos conseguido aliviar, en alguna de vosotras, este pesado efecto del embarazo. Y si conocéis o habéis probado algún otro remedio eficaz, ¡estaremos encantadas que lo compartáis!