Ecografía morfológica. ¿Qué se mira en ella? ¿Cuándo se hace?

La ecografía morfológica o ecografía del segundo trimestre es con diferencia la ecografía más importante de todo el embarazo. En España se realiza entre las semanas 20 y 22 de embarazo, que es cuando el bebé se ha desarrollado lo suficiente para poder estudiar su anatomía a través de la ecografía.

Es tan importante porque en ella se efectúa un repaso minucioso de todos los órganos del bebé para confirmar la normalidad de su anatomía y descartar cualquier alteración estructural que sea detectable. Digo “que sea detectable” porque no todas las alteraciones son visibles ecográficamente, y además la visualización del bebé también depende de cómo esté colocado, de lo grande que sea, y del abdomen de la madre. Y es que la ecografía se basa en la transmisión de ultrasonidos a través del abdomen de la madre, de modo que a mayor grosor de tejido a atravesar pero será la calidad de la imagen. Por todos estos motivos es relativamente frecuente que sea necesario repetir la ecografía en unos días para acabar de visualizar las estructuras que quedaban pendientes, sin que ello deba preocuparnos.

¿Por qué es tan importante detectar posibles anomalías? Pues porque la ley española permite la interrupción del embarazo en caso de malformaciones graves. Los padres, bien informados por el especialista pertinente, tienen derecho a decidir si continúan adelante con el embarazo en caso de hallarse algún problema grave. Además, en caso de alteraciones menores o moderadas, o si los padres deciden continuar con el embarazo, haberlo diagnosticado antes de nacer les ayudará a estar más o menos preparados para afrontar lo mejor posible el nacimiento de su bebé. Tampoco debemos olvidar que hoy en día existen problemas que se pueden tratar antes de que el bebé nazca, reduciendo o minimizando sus consecuencias. Existen centros especializados en cirugía fetal en los que se operan bebés dentro del útero, dándoles la oportunidad de nacer en mejores condiciones que si no se hubiesen operado.
Por suerte, la mayoría de parejas que van con ilusión a esta ecografía salen con buenas noticias. Además, si hasta entonces se desconocía, en esta exploración se desvela el misterio del sexo del bebé. Vemos ya una personita formada, le ponemos cara, y a veces hasta nombre.

Un aspecto importante de esta ecografía es que requiere una gran concentración por parte del médico que la está efectuando. Es frecuente que se limite el número de acompañantes de la madre, y en algunos centros no permiten la presencia de niños. Quizás el médico esté callado durante la exploración porque está concentrado (aquí muchas parejas creen que es porque ocurre algo malo y se preocupan), pero antes de terminar explicará los resultados y mostrará el bebé a los padres.