img_8637Esta semana contamos con la colaboración de  Fany Marinoni y Saray Pilar Royo, responsables del programa EMOTIONS IN MOTION, formadas en psicología e inteligencia emocional.

El mundo emocional nos parece asombrante y se encuentra implícito en cada situación del ser humano, por lo que trabajar con las emociones nos apasiona y nos conecta con la más profundo de nosotras y de los demás. Hoy queremos hablaros de estas emociones durante toda la etapa maternal y prematernal.

 

 

Estar embarazada y prepararse para la llegada de un nuevo ser humano en su vida es algo muy importante y especial.  Cada mujer y pareja lo gestionan de formas distintas, cada persona es diferente y por ese motivo no hay pautas fijas.

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Las emociones y estados de ánimo pueden mezclarse y variar mucho a lo largo del tiempo y al acercarse el parto hacerse cada vez más intensas: alegría, calma, miedo, estrés, excitación, incertidumbre, impaciencia… y en ocasiones puede costar gestionarlas.

Lo que es esencial es  no fijarse en las emociones y los estados de ánimo que parecen “demasiado fuertes”; aunque sean positivos y/o negativos, la mejor premisa es aceptarlas, dejarlas pasar y no identificarse con ellas. Recordamos que las emociones son siempre pasajeras y que tienen una función positiva para nosotros; mantengamos siempre presente que esa emoción no somos nosotros y que nos sirven para aprender y evolucionar como personas, siempre y cuando las aceptemos.

Es normal sentir distintos tipos de emociones porque el parto y la llegada de un bebé transforman la vida. Cuando una relación se construye (cualquier tipo de relación que sea: una pareja, una familia, una amistad…) se crea un equilibrio y unos patrones de funcionamiento. Cuando otra persona entra en esta relación, altera este equilibrio; cada uno tiene que reposicionarse, encontrar su sitio y entender su “nuevo”  papel.

En nuestra sociedad y cultura, la mayor parte del tiempo, tendemos a retener y mostrar solamente testimonios muy positivos de esta etapa de la vida. Para el papel de madre, se transmite una imagen de “madre perfecta” en muchos medios de comunicación, que es totalmente errónea. Esta imagen presiona a las mujeres y les culpabiliza si no se sienten felices con una gestión milimétrica de todo: emociones, parto, tiempo, tareas cotidianas, actividades etc. Por ello, nos gustaría recordar que el momento del embarazo, parto y cuando el recién nacido ya se encuentra con nosotros, conlleva muchas emociones implícitas; por un lado las hormonas se alteran y este cambio biológico trae un cambio emocional y de estado de ánimo que se une al despertar  inconsciente de emociones que sin darnos cuentas han estado en nosotras desde tiempo atrás. Cuando llega el bebe a la familia se activan en nosotros  sensaciones y sentimientos de nuestra infancia y de aspectos vulnerables que quizás en otro momento decidimos ocultar.  Memorias emocionales que se encuentran en nuestras células se ponen en marcha, así como también todas aquellas creencias que en ocasiones nos limitan y nos impiden encontrar una paz interior, como por ejemplo; tener que ser pudorosa a la hora de dar el pecho, estar pendientes de lo que pensarán los demás, etc.

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Además es importante que la madre siga en contacto consigo misma, ya que en ocasiones se produce tal conexión con el bebe que nos desidentificarnos de nosotras mismas, es decir al ser madre, seguimos siendo también mujeres con nuestra historia y nuestro ser independiente al de los demás.

Hay mujeres que no encuentran tanta dificultad o preocupación, pero hay otras que si. Y eso no es malo. Las mujeres tienen derecho a aprender, a encontrar dificultades en la gestión emocional durante las etapas del parto y los cambios que les acompañan y a sentir emociones diferentes de las que supuestamente hay que sentir en esta etapa. Algunos consejos para gestionar mejor las posibles  emociones que se presentan:

  • Practicar “mindfulness” aprendiendo a enfocarse en el momento presente, a respirar, y dejar que los pensamientos pasen como si fueran nubes en el cielo.
  • Tener apoyo; pareja, familia, amigo/as, tener alguien cercano con quien se puede hablar de sentimientos íntimos para compartir y reflexionar.padres-felices-con-hijo
  • No juzgar y no comparar: basándose sobre el hecho de que cada ser humano es único y tiene su propia historia no se puede juzgar a sí mismo (ni a los demás), ni compararse porque cada uno tiene y hace su propio camino con su propia experiencia
  • Aceptación: aceptar lo que surge en nuestra vida es muy importante para después ser capaz de responder de forma adecuada (y no reaccionar  impulsivamente). Aceptar no es someterse, es acoger lo que pasa sin juzgarlo ni identificarse a esto. Trata de no luchar sino acoger y analizar para encontrar soluciones.
  • Permitir cualquier emoción y pensamiento por “loco” que parezca, al expresarlo y comprenderlo, se produce una relajación en ti, que también te permite estar más presente para el bebe.
  • Durante el embarazo y antes del parto, sé sincera contigo misma y plantéate qué creencias limitantes puedes flexibilizar para sentir paz interior.

Fany Marinoni y Saray Pilar Royo

EMOTION IN MOTION