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Recientemente hablamos sobre los cuidados del periné tras el parto vaginal, y hoy entramos en otro tema: qué ocurre después de una cesárea, y no solo en la herida del abdomen, sino también a nuestro alrededor.

Como todos sabemos una cesárea no deja de ser una intervención quirúrgica. Se trata de una operación en la que los ginecólogos extraen el bebé abriendo el vientre de su madre. Normalmente se hace bajo anestesia epidural o intradural, y sólo en casos muy especiales se utiliza anestesia general. Así pues, en la mayor parte de los casos la madre está despierta y es consciente de todo lo que ocurre.

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El útero está muy cerca de la vejiga urinaria, y de hecho para poder extraer al bebé hay que separar la vejiga del útero. La vejiga, si está llena, ocupa mucho más espacio, y para no lesionarla nos interesa que esté vacía. Esto lo conseguimos colocando lo que llamamos sonda vesical, que no es más que un pequeño tubo que conecta la vejiga con el exterior, eliminando continuamente la orina hacia una bolsa. Esta sonda vesical se mantiene colocada durante las primeras horas tras el nacimiento del bebé.

Igual que después de un parto vaginal, las primeras horas tras una cesárea suelen ser momentos de mucha emoción: acabamos de conocer a la personita que acaba de nacer. Dado que el efecto de la anestesia dura unas horas, y además se utilizan analgésicos para que la reciente mamá esté cómoda, en estos momentos se suele tener poco dolor. Aun así, se puede sentir mareo, que se puede sumar al cansancio si la mujer llevaba muchas horas de parto previamente. Es importante controlar las constantes vitales de la madre, el color de la orina, las pérdidas vaginales… y por ello se necesitan más cuidados y atenciones durante las primeras horas. En algunos centros la madre es llevada a una sala especial de reanimación, y en otros permanece en la misma Sala de Partos junto a su pareja y su bebé. Creemos que este es un detalle importante a tener en cuenta a la hora de elegir hospital en el que dar a luz.

Una vez va desapareciendo el efecto de la anestesia sí que se puede llegar a sentir bastante dolor. Es importante avisar a la enfermera cuando se empiece a notar para que pueda administrar algún calmante (la vía venosa se deja colocada mientras se necesiten analgésicos por vena, habitualmente un día o dos). Después de estas primeras horas (entre 12 y 24) también se retira la sonda vesical. Llega el momento de empezar a moverse, de intentar levantarse para ir al baño, etc. En resumen, estas horas pueden ser duras, y el dolor puede llegar a ser intenso, pero los calmantes son efectivos. Y siempre se va a mejor, la evolución es muy rápida en pocos días.

Además se trata de una situación muy especial, diferente de cualquier postoperatorio: hay un recién nacido que necesita comer, que lo tengan en brazos, que le cambien el pañal… Por tanto, es momento de tranquilidad, de pocas visitas y de que el papá u otro acompañante se encargue de todo lo que sea posible. Y es que cesárea es una intervención mayor, como cualquier otra en la que se opera el abdomen, pero aquí a diferencia de otras operaciones se espera mucho de la paciente. Ella, además de encargarse de alimentar al bebé y atenderlo, se supone que también tiene que recibir visitas, tener buen aspecto y una gran sonrisa en la cara. Y aquí hay que entender que los familiares y amigos de una mamá que ha tenido un bebé por cesárea deben respetarla, procurando hacer visitas cortas y que no interrumpan su descanso y recuperación. ¿Acaso alguien se imagina la habitación de un recién operado de apendicitis con doce personas, niños correteando y ramos de flores? Como el operado de apendicitis no tiene bebé al que pasar de mano en mano, lo dejamos descansar…

familia-feliz-mater-trainingEn cambio, una vez pasadas estas primeras 48 horas el dolor ya se controla muy bien con calmantes tomados por boca como paracetamol y antiinflamatorios. La madre también se mueve mucho mejor. En la mayoría de los casos se retira el vendaje y se hacen las primeras curas de la cicatriz, así como la primera ducha. De este modo, se encuentra mucho más cómoda a la hora de dar el pecho al bebé o de cogerlo o cambiarlo, y seguro que tiene mucha mejor cara ante las visitas que los primeros dos días. Así pues, aunque todo el mundo tenga muchísimas ganas de conocer al bebé el primer día, si aparece en el hospital en esta segunda fase del postoperatorio será bastante más de agradecer que durante las primeras horas.

En este momento es posible que se recomiende el uso de una faja abdominal que aporta más seguridad con los movimientos, ya que evita hacer fuerza con la musculatura abdominal. En el caso de utilizar este tipo de faja, no es recomendable seguir usándola más de 20 días después de la intervención.

¿Cómo nos las apañamos con la lactancia tras una cesárea? Los primeros días no es fácil, ya que moverse es una aventura. Durante las primeras horas lo ideal es colocar al bebé sobre el pecho de la madre, siendo él quien repte hacia el pezón. La madre lo puede sostener con la ayuda de almohadas. Aquí es importante que siempre haya alguien pendiente de ella y del bebé, siempre viendo que la nariz del bebé quede despejada. Después, cuando pase el efecto de la anestesia y se pueda mover mínimamente en la cama, tumbada de lado y con el bebé barriga con barriga con ella es la postura ideal.

¿Es cierto que la leche tarda más en subir en caso de cesárea? Todo depende de cuándo se ponga al bebé al pecho: si la madre y el recién nacido están juntos en todo momento, iniciando la lactancia durante las primeras horas y ofreciendo el pecho a menudo, no habrá diferencias. Sí que puede tardar más si el bebé es llevado al nido, o si por algún problema médico se retrasa el inicio de la lactancia o la madre no se encuentra bien y el bebé no estimula el pecho a menudo. Aun así, con una buena técnica todo tiene solución.

Cesarea Do not DisturbEl alta hospitalaria puede oscilar entre 3 y 5 días después de la cesárea. En ese momento puede que se retiren los puntos de la intervención, y si no es así se suelen mantener entre 7 y 10 días. Hasta que se retiran y ya en casa, hay que hacer una cura diaria de la cicatriz. Es muy sencillo: tras la ducha diaria primero hay que secar la cicatriz, cosa que se puede hacer con una toalla a toquecitos, y después se puede usar el secador del pelo con aire frío para acabar de secarla bien. Es aconsejable aplicar después algún antiséptico (povidona yodada por ejemplo) con una gasa. Para no manchar la ropa y para que no haya roces sobre la cicatriz podemos poner una gasa sobre la misma y así protegerla, aguantándola con la misma braguita. Cuantos menos esparadrapos peguemos mejor, ya que la piel es muy sensible.

El dolor en la herida puede durar varios días, incluso semanas. Se suele necesitar analgesia para hacer vida normal durante una media de 20 días, aunque esto como os imaginaréis es muy variable y depende de cada paciente, el tipo de cirugía y cómo evolucione el postoperatorio.

Desde el alta y durante toda la cuarentena es recomendable salir a pasear y caminar un poco cada día. No es recomendable realizar ejercicio físico hasta al menos unos 40 días tras el parto. Este ejercicio debe ser de bajo impacto y siempre de menor intensidad a más: caminar, bicicleta, yoga, pilates, natación…

Y esto es todo lo que os queríamos contar acerca de la cesárea y cómo nos recuperamos de ella. Creemos especialmente importante el hecho de respetar el descanso de la madre y del bebé, por lo que hemos creado este letrero que podéis descargar aquí y enviar a vuestros familiares o colgar en la puerta de la habitación.