Captura de pantalla 2014-06-11 a les 17.33.29Con motivo de la celebración de la Semana Mundial del Parto Respetado no hemos querido ser menos, así que hemos decidido aportar nuestro granito de arena por la causa.

Nosotras entendemos por parto respetado aquel en el que la mujer y su acompañante tienen la sensación de que la asistencia recibida es acorde con sus necesidades y solicitudes, de que están en todo momento informados, y no hay ninguna actuación que no está justificada. Pero sin olvidar lo más importante: que el bienestar del feto (y futuro recién nacido) y el de su madre están garantizados. Es decir, es un tema más de sensaciones, de actuaciones correctas, de bienestar, de acompañamiento, de cuidados o de preservar la intimidad.

Dentro de lo que entendemos por parto respetado podemos incluir tanto un parto natural como una inducción como una cesárea, entre otros. Lo importante es que se atiendan las necesidades de la paciente. Respetado no implica natural o sin intervención, aunque a veces sean conceptos que se confundan.

El respeto en el parto no es sinónimo de no hacer nuestro trabajo. Es sinónimo de trabajar en equipo junto con la paciente y su acompañante. Es hacerles partícipes de la situación, explicarles todo lo que vamos haciendo sin necesidad de entrar en conflicto continuamente, ya que habremos creado un equipo y conjuntamente velaremos porque todo salga bien. Lo ideal es que no haya desconfianza ni suspicacias.

monitoritzacio amb pilotaPero, para conseguir esto, ¿qué hace falta? Como siempre, y no nos cansaremos nunca de decirlo, hay que INFORMARSE, y hay que poder CONFIAR. Informarse sobre quién (o qué equipo) nos va a atender, y dónde, es importante. Somos conscientes de que no todo el mundo puede elegir el profesional que desea que le acompañe, pero en ocasiones sí que existen dos o tres opciones de centros o equipos y lo ideal es acudir al lugar que nos aporte más seguridad y confianza.

Cada día los que nos dedicamos a la asistencia al parto tenemos más claro el concepto de parto respetado, y vamos adaptando nuestra práctica diaria a las necesidades y deseos de nuestras pacientes. Pero por desgracia a día de hoy todavía hay profesionales que no lo tienen tan claro, y que siguen practicando una Obstetricia paternalista y autoritaria. Bajo afirmaciones como “siempre lo he hecho así” o “yo soy el médico y digo cómo se tienen que hacer las cosas” se siguen realizando prácticas muy alejadas de lo que consideramos asistencia obstétrica respetada. Como ejemplos tenemos el hecho de realizar episiotomías no necesarias, proponer inducciones del parto según necesidades de agenda o, lo que es peor, indicar una cesárea cuando no es necesario, sin permitir a la paciente tener un parto vaginal. Parece muy drástico, pero esto ocurre y seguirá ocurriendo, y como lo más habitual es que la gente confíe en su médico no se les pone en tela de juicio.

acompañante, masaje lumbarEntonces, ¿qué hay que hacer? De entrada no hay que creer que podemos saber más que ningún médico ni comadrona. A veces nos encontramos ante mujeres que nos expresan su negativa ante determinadas actuaciones que creemos necesarias, y lo hacen con argumentos que no son del todo rigurosos. Estas situaciones pueden resultar desagradables para ambas partes. Pero ¿qué hace que las pacientes tengan ideas erróneas preconcebidas y crean que prácticas necesarias, útiles, y en muchas ocasiones responsables de que muchos de nosotros estemos aquí a salvo, sean auténticas carnicerías? A menudo todo esto es fruto de lo que se ha leído o oído de personas ajenas al sistema sanitario, que piensan que los médicos no sabemos, o que nos da igual el sufrimiento o el dolor ajeno. Y es que informarse sobre la asistencia al parto es un ejercicio complejo: podemos encontrar mucha información, pero no toda es veraz ni basada en la evidencia científica. Por ello decidimos crear Mater Training: para ofrecer información estructurada a las mujeres, explicando por qué ocurre cada cosa.

A modo de ejemplo, muchos de vosotros habréis escuchado la fama tan horrible de los fórceps. Yo he llegado a escuchar en la boca de algún paciente que están prohibidos. A mí personalmente no me entusiasma el hecho de utilizar fórceps, pero muchas veces son es el último recurso, cuando el parto espontáneo no es posible y la cesárea ya no es practicable. Pues bien, en dicho caso, explicando muy bien la situación, con una buena analgesia para que la paciente no tenga dolor y con su acompañante presente se puede realizar el fórceps. Utilizar un fórceps, una ventosa o unas espátulas, en las manos de un profesional y en condiciones óptimas, es una práctica segura y sin complicaciones para la madre ni para el bebé.

Desde Mater Training os animamos a que os informéis, a que a ser posible conozcáis al equipo que os asistirá en el parto o como mínimo la manera habitual de trabajar del centro en el que tengáis previsto dar a luz. Pero también os recomendamos que hagáis un ejercicio de información acerca de los diferentes escenarios que se pueden dar en un parto, y qué prácticas pueden ser necesarias en algunas situaciones. No se trata de saber más que el ginecólogo o la comadrona, se trata de saber de qué va el proceso del embarazo y parto. Las modas o tendencias que se oponen tan drásticamente a los ginecólogos y sus prácticas quizás no son la mejor compañía. Hay que ser capaz de confiar en los profesionales. ¿Verdad que no pondríamos en tela de juicio al mecánico si nos dice que hay que cambiar las pastillas de freno del coche? Un coche sin frenos es una barbaridad… Es cierto que un bebé no es un coche y que no es lo mismo, pero si un profesional en el que confiamos nos recomienda una actuación lo más probable es que aquello sea necesario. Y si no hay confianza quizás es mejor cambiar de profesional para no tener que estar pendiente de juzgar cada paso que se da. dibujo mami dando pecho cn papi

Y, para acabar, recordaros que en nuestros cursos online encontraréis información contrastada y veraz, y descubriréis multitud de opciones y escenarios que pueden acontecer en un parto. La información es algo muy necesario para prepararse para el nacimiento de un hijo.