mal d'esquenaEl estreñimiento es el enemigo de muchísimas embarazadas, e ir al baño puede llegar a ser una verdadera odisea. Es algo que puede ser muy molesto, pero como es muy habitual se tiende a minimizar y a decir a la gestante “tranquila, eso es normal”. Pues bien, aquello de “mal de muchos consuelo de tontos” no vale, y ante un síntoma que es molesto debe buscarse una solución.

Durante el embarazo el tránsito intestinal es más lento como consecuencia de la progesterona. Las digestiones son largas y pesadas, el estómago tarda en vaciarse y puede aparecer acidez, y las heces están más tiempo en el colon y tardan más en llegar a su destino final. Además el útero va creciendo y puede llegar a comprimir el tramo final del intestino, obstaculizando el paso. En el colon se absorbe el agua de las heces, de modo que cuanto más rato pasen éstas allí más secas y duras serán.  Si a todo esto sumamos los suplementos de hierro que prescribimos habitualmente a las gestantes para combatir la anemia, ya no se podrían haber comprado más boletos para sufrir estreñimiento. Y si encima en la puerta de salida aparecen una familia entera de hemorroides enormes y dolorosas, apaga y vámonos.

En todo este escenario son pocas las mujeres que no se quejan de problemas para ir al baño en algún momento del embarazo. Los síntomas pueden ser evacuación poco frecuente, heces duras, dolor, sangrado rectal, gases, sensación de hinchazón, etcétera. Y en casos más severos pueden aparecer incluso náuseas.

comer de todo.dieta equilibradaLa dieta tiene un papel muy importante en todo esto. El elemento estrella es la fibra, contenida sobre todo en frutas y verduras, frutos secos, legumbres, pan integral y cereales integrales, entre otros. Básicamente la función de la fibra es aumentar el volumen de las heces para que éstas no pasen tanto rato en el colon. A menudo se dice a las gestantes que se quejan de estreñimiento que coman muchos kiwis, sin más explicaciones. Pues bien, otras frutas ricas en fibra son las frambuesas, la pera, las fresas, las ciruelas, los higos y las pasas. La piel de la fruta, a pesar de ser el destino de pesticidas y otras sustancias tóxicas, es donde encontramos más fibra. Eso sí, ¡hay que lavarla bien!

Además de la lucha activa contra el estreñimiento, la fibra tiene otros beneficios para el cuerpo humano. De entrada retrasa la absorción de los hidratos de carbono, reduciendo los niveles de azúcar en la sangre y haciendo que el páncreas no necesite trabajar tanto y fabricar tanta insulina. Además contribuye a eliminar grasas a nivel del intestino, haciendo que el colesterol no se absorba tanto, y además facilita el crecimiento de bacterias “buenas” en el colon.

Pero no hay que obsesionarse, ya que comer demasiada fibra tampoco es bueno, pudiendo ocasionar síntomas como gases, diarrea o dolor de barriga (sobre todo al principio, y más si anteriormente no se comía mucha). La cantidad ideal para la mujer joven es de unos 25 gramos al día.

Además de los alimentos amigos del ritmo intestinal hemos de tener en cuenta los que son puros enemigos. El arroz, los arándanos, el membrillo o la manzana, por ejemplo, son astringentes. Esto no significa que no se puedan comer durante el embarazo, pero si aparecen problemas de estreñimiento será mejor no abusar demasiado de ellos.

Pero no solo es importante lo que comemos, sino también lo que bebemos. Beber agua (o caldo) es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. Ya hemos dicho que en el colon se absorbe el agua de las heces. Si se bebe poca agua el colon absorberá toda la que encuentre, y las heces serán más secas y duras. Así pues, es muy importante beber la cantidad adecuada de agua (unos dos litros al día).

IMG_1571Además de la dieta, el ejercicio es muy importante. Si una persona se mueve, sus intestinos también lo hacen. No es necesario ir dos horas diarias al gimnasio, simplemente caminar media hora al día es suficiente para activar el tema.

Pero muchas veces con todas estas medidas no es suficiente, y la mujer sigue sufriendo molestias. Llegados a este punto deberemos valorar el hecho de recurrir a laxantes, que deberán ser prescritos por el ginecólogo. Los ideales son los que aportan volumen a las heces sin ocasionar flatulencia. Se pueden tomar de forma puntual en caso de necesidad o a diario si vemos que los síntomas se perpetúan.

Otro tema es en qué condiciones se va al baño. Un truco cuando cuesta ir de vientre y se tiene sensación de hacer poca fuerza es colocar un escalón o taburete bajo los pies, acercando las rodillas al pecho para relajar la musculatura de la zona y dejar más libertad al recto. Además, una se siente más cómoda en casa que en el baño de un restaurante por ejemplo. Si la taza no está limpia, no nos podemos sentar tranquilamente, no hay papel higiénico y encima tenemos la barriga dificultándonos la movilidad, desalojar el intestino puede ser una utopía. Pero si se reprimen las ganas de ir al baño luego puede costar aún más, y la ocasión puede tardar un par de días en llegar. Así pues puede ser buena idea llevar siempre encima pañuelos de papel o toallitas higiénicas para sentirse más cómoda en cualquier lugar, e intentar buscar baños públicos con la higiene adecuada.

Y, para terminar, y sin ánimo de asustar, no debemos olvidar que un estreñimiento severo o un sangrado rectal pueden ser signos de enfermedades digestivas, y se han de consultar con el médico. ¡No todo es culpa del embarazo!

Así pues, en resumen, el estreñimiento es algo molesto y muy frecuente durante el embarazo. Beber agua, comer alimentos ricos en fibra y hacer ejercicio pueden ayudarnos a combatirlo, y cuando estas medidas no son suficientes se puede recurrir a laxantes (que serán prescritos por el médico).

 

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