En posts anteriores y en nuestros cursos, hemos hablado en muchas ocasiones de los síntomas del embarazo, como son las nauseas, las estrías, el edema en los pies,… Todos ellos son debidos a los cambios hormonales propios de la gestación. Hoy os hablaremos de otro síntoma muy común, pero menos popular: la alteración en la visión.

Durante la gestación se puede producir una pérdida de visión. La razón también se debe a cambios hormonales ( aumento de progesterona y relaxina), que a su vez producen una retención de líquidos mayor a lo habitual. Se cree que esta retención de líquidos produce un aumento del grosor de la córnea y del cristalino, modificando su curvatura y aumentando las dioptrías de la miopía. Por lo tanto, si usas gafas o lentillas o te has operado de miopía, cualquiera que sea tu graduación, debes saber que, probablemente, te aumentará entre media y una dioptría.

 

Pero no tendrás que cambiar la graduación de tus gafas. Normalmente este aumento de dioptrías se produce en el primer trimestre y desaparece entre las 6 y 8 semanas después del parto, aunque en algunos casos nunca desaparece del todo. El motivo por el que la visión vuelve a su nivel normal se debe a que, tras el parto desciende el nivel de hormonas y todo vuelve a la normalidad.

En alrededor de un 20% de los casos este aumento no es reversible. Los pocos casos en los que persiste este aumento de dioptrías se concentran en aquellas mujeres con mayor graduación: cuanto más alta sea la miopía, más probabilidades hay de que la variación se mantenga después.

Un factor a tener en cuenta en las mujeres con miopía es la vía de parto. Antiguamente, se pensaba que todas las mujeres con gran graduación de miopía debían someterse a una cesárea o  a un parto instrumentado ( con fórceps) para evitar los pujos. Hoy en día, los protocolos actuales, no muestran lo mismo. Normalmente, un ojo sano aguanta bien estos aumentos transitorios de tensión (debido a los pujos) y las mujeres con miopía pueden parir vaginalmente, sin necesidad de utilizar ningún instrumento.

Pero, si la retina no está del todo sana, corre el peligro de desprenderse. La recomendación es que si tienes más de 6 dioptrías, te han operado de miopía o has tenido algún desprendimiento de retina, consultes con tu oftalmólogo para que te haga una revisión y fondo de ojo. Si detecta algún riesgo, te lo hará saber y lo deberás informar a tu ginecólogo.

Otra molestia típica de estos meses de embarazo es que no toleres tan bien las lentillas. Esto también se debe a las modificaciones hormonales, que a parte de engrosar la córnea, la vuelven más sensible y modifican la calidad de la lágrima. Por este motivo es posible, que durante la gestación, no soportes las lentillas y tengas que cambiarlas por las gafas hasta después del parto. Puedes usar lágrimas artificiales diarias para hidratar más el ojo y disminuir este tipo de molestias, así como las propias del ojo seco tan frecuentes durante el embarazo (incluso en mujeres no usuarias de lentillas).

Todo esto nos hace insistir en la importancia de cuidarse durante la gestación. Una dieta saludable, ejercicio moderado y seguir todos los controles establecidos por tu ginecólogo o comadrona, hará que se disminuyan las posibles complicaciones derivadas del embarazo.