Tu círculo familiar, tu círculo de amigas, las revisiones ginecológicas, las clases de preparación al parto… Es muy común recibir consejos para el embarazo y el parto. Te explican cómo será y qué debes esperar en estos momentos porque todo el mundo sabe de eso, pero ¿qué pasa una vez que ya has dado a luz? 

El posparto es el gran desconocido en este terreno. Se trata de una época de muchos cambios físicos y hormonales, y durante esta época es normal sufrir molestias que pueden ser abordadas desde la atención médica, los aspectos emocionales, la alimentación, el deporte y la higiene. A continuación, te damos algunos consejos para que disfrutes al máximo los primeros días con tu bebé en familia. 

ATENCIÓN MÉDICA 

Tras el parto, es especialmente importante que sigas acudiendo a las revisiones ginecológicas, las cuales suelen ser entre 15 y 20 días después de dar a luz. En estas revisiones, el especialista te monitoreará tus signos vitales, como la frecuencia cardiaca o la presión arterial, para asegurar que te encuentras en un buen estado de salud. También revisará tu útero, que estará volviendo a su tamaño normal. 

El control de los loquios también será importante durante el posparto. Los loquios son una descarga vaginal de sangre y tejido uterino que tu cuerpo deberá desechar los días posteriores al parto. Esta situación puede durar un par de semanas en las que el color puede variar y la cantidad se irá reduciendo hasta que dejes de expulsarlas. No solo se trata de un proceso natural, sino que además es necesario para evitar complicaciones médicas. Consulta con tu médico si la hemorragia persiste o tiene mal color y/u olor. 

CUIDADOS EMOCIONALES 

A pesar de la alegría que supone tener finalmente a tu bebé en brazos, es normal que te sientas abrumada en estos momentos. Estás sumergida en un torbellino de emociones provocadas por los cambios hormonales que pueden hacer que no te sientas tú misma. Es posible que experimentes sentimientos encontrados y que pases de la felicidad al miedo y las dudas, pasando por momentos de tristeza, o incluso llantos espontáneos.  

La estabilidad hormonal, y por tanto emocional, va a empezar a venir con el tiempo, pero hasta ese momento, apoyarte en tu entorno será la mejor manera de conseguir harmonía y tranquilidad. Si sientes que estas emociones son demasiado intensas y se presentan en forma de ansiedad, temor o tristeza extrema, consulta con tu médico que te ayudará a gestionar estos sentimientos y te aconsejará sobre las pautas a seguir. 

ALIMENTACIÓN Y DEPORTE 

Durante el posparto es normal que presentes alteraciones digestivas como ardor, gases, estreñimiento y malestar abdominal. Esto se debe a los cambios hormonales que se producen en el posparto y al cambio repentino en el tamaño del útero, el cual vuelve a su estado normal dejando de nuevo espacio al intestino. Estos síntomas pueden mejorar con la práctica de actividad física moderada y adaptada a esta etapa de tu vida, siempre que te haya dado autorización tu ginecólogo. Generalmente, esto suele ocurrir tras 6 semanas en caso de parto natural y 8 en el caso de una cesárea. Además, una dieta variada y una buena hidratación ayudarán en el proceso.  

Llevar una vida saludable no solo mejorará tu tránsito intestinal, sino que también te dará energía y te ayudará en la producción de leche, la cual aumentará con la ingesta de productos integrales, germinados, vegetales y frutos secos. 

A pesar de esto, en esta etapa es muy probable que necesites una ayuda extra en forma de suplementos alimenticios. Las sociedades científicas recomiendan la suplementación de hierro, omega 3, ácidos grasos, ácido fólico y otras vitaminas o minerales durante la lactancia. Así, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda asegurar la ingesta de 15 mg de hierro al día en mujeres lactantes, cantidad a la que no siempre podemos llegar con la alimentación. Existen diferentes suplementos en el mercado que pueden ayudarte en este sentido, pero no todos son iguales. Ironcare® aporta 14 mg de hierro al día y prebióticos, y gracias a   su tecnología bio-optimizada protege la mucosa gastrointestinal, evitando el estreñimiento y las molestias gastrointestinales que suelen producir estos suplementos, e incrementa la absorción del hierro. Además, tiene un agradable sabor a naranja, lo que disminuye el sabor metálico, haciendo más agradable su toma de forma regular. 

HIGIENE 

También es importante seguir una higiene adecuada de los genitales y el área perineal, sobre todo si te han realizado una episiotomía o una cesárea. Limpia la zona diariamente con agua y jabón neutro y sécalo con una toalla suave realizando pequeños toquecitos. 

Además, los masajes con productos como Palomacare® gel vulvar mantienen la zona hidratada y con una elasticidad y estructura adecuadas, reduciendo los efectos adversos de la episiotomía o cicatriz de la cesárea. Palomacare® gel vulvar ha demostrado reducir el sangrado y el dolor, aumentando el bienestar de las mujeres. Además, está compuesto de ingredientes de origen natural como el Aloe vera y la Centella asiática que mejoran y aceleran la cicatrización de la herida, y prebióticos que reequilibran la microbiota vulvo-vaginal reduciendo el riesgo de infecciones.  

Pero no solo se debe mantener limpia la zona genital, sino que es necesario tener también una correcta higiene de los pechos y los pezones, para evitar posibles mastitis. Durante el posparto, es muy probable que sientas las mamas hinchadas, doloridas y calientes. Son sensaciones típicas de la “subida de leche”, que puedes aliviar colocándote un paño frío. En ocasiones, esto viene acompañado de pequeñas grietas en los pezones que pueden llegar a ser muy desagradables y dolorosas. Para mantener la hidratación y evitar estas molestas sensaciones, puedes lavarte la zona y aplicarte Palomacare® espuma sensitiva. Al igual que el gel vulvar, está compuesto de ingredientes naturales que te ayudarán a mantener una correcta hidratación y reparar esta zona tan sensible.  

Tu médico te recomendará los cuidados que faciliten la recuperación del proceso del parto o cesárea y a fomentar el autocuidado y cuidados del bebé, sobre todo en cuanto a alimentación e higiene, así como favorecer el vínculo entre la madre y el bebé.   

Te recomendamos que efectúes una dieta sana, ejercicio físico progresivo según te paute tu médico, mantengas la zona vulvo-vaginal y cicatriz de cesárea (si te la han practicado) bien limpia para mejorar la cicatrización y evitar riesgos de infecciones, así como mantener una buena higiene de pezones en el caso de que hayas decidido dar el pecho. De esta manera llevarás los cambios asociados a esta nueva etapa de forma más positiva, manteniendo un mejor bienestar físico y emocional para disfrutar del bebé y la familia con plenitud.