Ya hemos hablado en otras ocasiones de lo que recomienda la OMS, pero no está mal que lo volvamos a recordar aunque sólo sea para crear más consciencia social: “el ideal es que todos los bebés sigan alimentación exclusiva con lactancia materna hasta los 6 meses y sigan siendo amamantados hasta mínimo los 2 años, acompañado de la introducción de otros alimentos. Más allá de los 2 años, la lactancia se debe prolongar tanto tiempo como la madre y el bebé lo deseen.”
Pues bien, como muchas otras madres de nuestro país, me encuentro apurando las 16 semanas de baja maternal, más las 2 semanas de lactancia compactada, más las 4 semanas de TODAS mis vacaciones del 2019. Pues con todo ello, Manuela ya tendría 5 meses y no nos veo preparadas para poder separarnos, en ocasiones hasta más de 24horas. Aún no he sido capaz de introducirle ninguna tetina, los intentos que he tenido de alimentación con cuchara o vaso han sido un poco frustrantes y además, dejar a 3 niñas de golpe con su abuela no lo veo ni justo ni factible. Así que, aunque me encanta mi profesión y muero de ganas por incorporarme, he decido cogerme una excedencia para dejarlo hasta más adelante y con algunos (sé que no todos) problemas resueltos.
Aunque la decisión de incorporarme a mi vida laboral remunerada ya está tomada, tengo necesidad de incorporarme a alguna actividad relacionada con mi profesión y con mis momentos de ocio personal: ir a cursos, ir a cenar con mi pareja, charlar con mis amigas o incluso ir a la peluquería sin la presión de tener que volver en x horas porque la peque me necesita. Así que me he puesto manos a la obra y he decidido ponerme en serio con que acepte otra forma de alimentación que la lactancia directa. ¿Conocéis las diferentes formas que existen para poder hacer lactancia diferida o lo que es lo mismo alimentar con leche materna en ausencia de la madre?
• La más conocida por todos, y muy arraigada en nuestra sociedad, es el uso del biberón. De entrada parecería lo más práctico y cómodo, pero la realidad es que no sólo es el menos recomendado por las diferentes sociedades científicas, sino que también a muchos niños no los vamos a convencer tan fácilmente.
Tanto la OMS como UNICEF desaconsejan su uso general por diversas razones, entre las que destacan el hecho de que el biberón facilita la contaminación bacteriana, da una falsa impresión a los padres se seguridad alimentaria, es antiecológico y puede ser factor de riesgo para diversas enfermedades de los niños. Además puede perjudicar la lactancia materna, dando lugar al “síndrome de confusión del pezón”, acortando la lactancia materna y pudiendo ocasionar una disminución en la confianza de la madre sobre su leche.
Pero si creemos que el biberón es nuestra solución más fácil y práctica, la decisión es única y exclusivamente nuestra. El consejo que os daría es que probéis un biberón con las siguientes características:
• Una tetina base estrecha y que sea blandita, así es más parecida al pezón.
• Que la tetina sea larga (18 mm – 2cm): para estimular punto “S” se encuentra entre el paladar blando y el duro.
• Buscar una tetina de las redondas por todos los lados. Evitar las anatómicas puesto que no crean una succión más fisiológica.
• Hay que dar el biberón lo más horizontal posible para evitar gravedad y crear así un flujo más lento de leche que el bebé pueda regular.
• Estimular el reflejo de búsqueda tocando las mejillas, los labios la nariz y meter tetina entera cuando esté la boca bien abierta.
• Es el niño el que controla la velocidad y cantidad que desea tomar. No comprar tetinas de flujo muy rápido, ni presionarlas para que caiga a chorro ya que estamos desesperadas porque no succionan.
• Alimentación con cuchara. Tiene alguna utilidad si se quiere usar de manera transitoria. Por ejemplo en los bebés que están a punto de iniciar alimentación complementaria, que recordemos será a los 6 meses. Pero debo reconoceros que es una manera lenta de alimentar al bebé y posiblemente, la persona a la que se lo dejemos a cargo se desesperen. Una opción bastante más práctica sería conseguir una cuchara con recipiente. Son unos cilindros donde se pone la leche y van unidos en su extremo a una cucharita pequeña, entre la cuchara y el recipiente hay una válvula que permite el paso del líquido.
• Alimentación con vaso o taza. Es sin duda el método más barato, todos tenemos alguna taza o vaso en casa. Aunque también existen algunos específicos para lactancia, y para bebés más mayores podemos intentarlo con un vaso de inicio (aquellos que tienen un pitorro en la parte superior y muchos disponen de válvula antivuelco). ¿Cómo lo usaremos? Pues debemos apoyar la taza sobre los labios del bebé, un pelín inclinada de modo que la leche llega muy poquita a los labios del bebé, permitiendo que la succione (algunos sacarán la lengua, sobretodo los más pequeños).
• Alimentación con jeringa. Debemos conseguir una jeringa cómoda, que permita manipularla con una sola mano. Tendremos que verter la leche sobre la lengua del bebé a poquito a poco mientras él la va tragando. NO se debe introducir nunca la jeringa dentro de la boca del bebé. Un truco para que sea más efectivo y no derramemos tanta leche es utilizar la técnica del dedo-jeringa. En la cual se introduce un dedo en la boca del bebé a modo de pezón. El dedo no debe sobrepasar el primer tercio de la lengua y debe apoyarse en la zona alveolar superior (en la zona donde van a crecer los dientes). Así conseguiremos que mame como si se tratara de un pezón y a la vez, con la otra mano le iremos introduciendo la leche a poco.
Ya para acabar me gustaría daros algunos consejos prácticos:
• Para dar leche al bebé, con cualquiera de estos utensilios, debéis ponerlo sentado, en un ángulo de 90 grados. No recostarlo imitando posturas del pecho.
• Debéis guardar la leche en cantidades pequeñas, de 50 a 100cc Cuando la vayáis a utilizar también lo haréis en pequeñas cantidades, primero se calientan 50cc y se la dais. Si se la acaba, podéis calentar 50cc más y se la volvéis a dar. Así sabréis cuánta leche necesita más o menos por toma y no desperdiciaréis casa nada.
• La leche se tiene que dar a temperatura ambiente, es decir quitar el frío de la nevera y ya está. Se puede hacer al baño maría o poniendo el recipiente en agua caliente directamente en el grifo. Nunca hervir directamente ni calentar en el microondas.
Si necesitáis más información sobre la lactancia existen varias webs y blogs que os pueden ser de utilidad: la de Alba Lactancia Materna, la aplicación de LactApp, o cursos como el de matertraining.com sobre lactancia materna, el de SOS lactancia de la web SOS crianza y el de lactancia y destete de Miriam Tirado.
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