Últimamente está muy de moda hablar del parto natural, del parto no intervenido o del parto respetado. Pero la realidad es que también existe un grupo de mujeres que solicitan finalizar su gestación con una cesárea programada. Los motivos que  argumentan son varios: miedo al dolor, miedo a lo imprevisto, miedo al daño a su hijo, comodidad o practicidad o preocupación por su cuerpo. Dentro de este último grupo “preocupación por su cuerpo”, se incluye el estar preocupadas por como quede de afectado su suelo pélvico, su sexualidad o su estética genital. Todos los motivos que dan son comprensibles y discutibles pero, quizás el que más debate ha causado entre los profesionales que nos dedicamos al cuidado de la salud de la mujer y en especial los que tenemos una especial sensibilidad por el suelo pélvico, es precisamente este último grupo. Y es que la mayoría de mujeres que presentan una alteración de suelo pélvico, ya sea incontinencia urinaria, fecal o prolapso genital, tienen como antecedente un parto vaginal.

El parto vaginal es un factor de riesgo para sufrir disfunción del suelo pélvico, siendo el fórceps el que más incrementa dicho riesgo. Pero también existen otros factores que lo incrementan como es la edad materna ( las mayores de 35 años presentan un riesgo superior), el sobrepeso o incremento excesivo de peso durante el embarazo o la falta de movimiento durante el parto.

Hay un dato llamativo que justifica la NO realización de cesáreas de forma electiva a toda la mujer que lo solicite: y es que se tendrían que realizar 10 cesáreas innecesarias para que una de ellas sirviese para proteger a 1 mujer de una patología importante de suelo pélvico.

Existe casos especiales en la que este dato  cambia, por ejemplo en aquellas mujeres que ya sufran algún problema de suelo pélvico en las que la cesárea podría estar más justificada. Además es importante saber que la cesárea es una cirugía mayor con riesgos superiores a un parto en cuanto a sangrado, infección o dolor posterior. Además del riesgo incrementado en embarazos posteriores.

Existe, en los profesionales, la obligación de quitar el miedo a la mujer y de justificarle con datos la no necesidad de hacer esa cesárea, pero si la mujer entiende toda la información y aún así sigue solicitando esta práctica, se la debo ofrecer. Y es que todos tenemos derecho a elegir, si la información ha sido la adecuada.

Desde Mater Training nos dedicamos a formar, a educar  y esperamos que este artículo lo haya hecho.