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Es sabido por todos que niños, ancianos y embarazadas deben tener cuidado en verano. Y muchas mujeres hemos escuchado que si nos toca dar a luz en verano…¡ya nos podemos ir preparando…!

¿Cuál es el motivo por esta preocupación? ¿Realmente es tan duro el verano estando embarazada? En realidad podemos decir que depende. Depende del calor que nos toque soportar. No es lo mismo pasar un verano en la costa cantábrica a pasarlo en la costa de levante o en medio del trópico. De la misma manera que no es lo mismo soportar el verano de 5 meses de gestación que de 8 meses. A medida que el embarazo avanza la tolerancia al calor empeora.

El calor es el gran enemigo de la embarazada, con calor sudamos más y las necesidades de hidratación son más altas. Por este motivo es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones para sobrellevar una época del año que aunque pueda ser pesada, es una de las más agradables del año. Es época típicamente vacacional, hay más horas de luz y normalmente pasamos más tiempo al aire libre.

Lo más importante es la hidratación. La embarazada debe aumentar la ingesta de líquidos de manera proporcional al aumento de la temperatura. De esta manera evitaremos el peligro de la deshidratación, las bajadas de tensión arterial e incluso los temidos edemas (hinchazón de piernas y pies, e incluso manos). En cuanto a los líquidos más recomendables debemos decir que el agua mineral es fundamental, pero también sientan muy bien las bebidas isotónicas, refrescos, zumos, granizados y fruta fresca, que tiene un gran contenido en agua.

Otra recomendación importante es evitar la exposición a temperaturas altas durante muchas horas. Por eso en caso de realizar actividades al aire libre como pasear, acudir a la playa o piscina o practicar algún tipo de deporte, evitaremos las horas del mediodía (entre las 12 y las 16 horas). En estas horas del día es recomendable estar a la sombra, en zonas climatizadas o en lugares lo más frescos posibles.

Por otro lado, la embarazada debe tener cuidado con la exposición solar. La aparición de manchas solares en la cara o la típica línea alba en el abdomen se pueden evitar o minimizar mediante el uso de cremas solares de alta protección. Nos referimos a productos con factor SPF 50 o protección de tipo mineral. Su aplicación debe ser diaria, repitiendo cada 2 o 3 horas si la exposición solar se mantiene. Y si acudimos a playas o piscinas, es importante evitar exposiciones solares durante muchas horas. La embarazada debe buscar el refugio de la sombrilla y del chiringuito, sobre todo en las horas más intensas de sol.

Siguiendo estas recomendaciones podremos disfrutar del verano y compartir esta época del año con la familia sin sufrir los estragos del calor.