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Después de un parto vaginal es posible que sea necesario algún punto de sutura, ya sea porque se haya producido algún desgarro espontáneo o porque se haya realizado una episiotomía. Hoy explicaremos cómo cuidar estos puntos para que molesten lo mínimo posible y cicatricen correctamente.

¿Qué es una episiotomía?

La episiotomía es una incisión que se lleva a cabo durante el parto en el periné, es decir, en la zona comprendida entre la entrada de la vagina y el ano. Se realiza justo antes de que salga la cabeza del bebé con el objetivo de facilitar su salida y evitar desgarros espontáneos mayores. Hace años se hacían episiotomías por rutina a todas las mujeres, pero con el tiempo se ha ido viendo que sólo deben realizarse cuando son estrictamente necesarias. Numerosos estudios científicos avalan esta idea, concluyendo que a menor tasa de episiotomías encontramos una menor tasa de complicaciones.

¿Qué es un desgarro perineal?

Un desgarro perineal es una herida que se produce alrededor de la vulva como consecuencia de la salida del bebé, de forma espontánea. Existen diferentes grados en función de las áreas anatómicas afectadas, siendo los de tercer y cuarto grado los que más complicaciones ocasionan en un futuro. De hecho, las episiotomías se realizan con el fin de evitar desgarros de tercer y cuarto grado.

¿Cómo se repara una episiotomía o un desgarro perineal?

Después del parto el profesional que lo asiste (ginecólogo o comadrona) revisa la zona perineal para determinar si es necesario dar algún punto de sutura.

La sutura se lleva a cabo bajo anestesia (si la mujer no lleva anestesia epidural se utiliza anestesia local) con un hilo reabsorbible, que no será necesario retirar a no ser que tarden más de diez días en desaparecer.

Estos puntos se han de cuidar y mantener limpios para evitar infecciones, dolores y mejorar la cicatrización.

¿Cómo cuidar los puntos de sutura en el periné?

A continuación os damos una serie de consejos y cuidados básicos para cuidar los puntos de sutura tras el parto:

  • El cuidado perineal es esencial y de hecho todas las mujeres deben realizarlo cuidadosamente, lleven puntos o no, como parte de una buena higiene y para conseguir una buena recuperación.
  • La higiene perineal debe ser diaria, con el gel o jabón, preferentemente específico para la zona íntima (en el mercado existen múltiples productos para higiene íntima o específicos para el cuidado de los puntos posparto que pueden resultar muy útiles).
  • No es necesario lavarse cada vez que se orine, ya que un exceso de higiene puede alterar la barrera natural de la piel y facilitar las infecciones. En cambio, tras ir de vientre sí que se recomienda lavarse. A su vez, si en algún momento una se siente incómoda se puede enjuagar solo con agua y secarse muy bien.
  • La higiene perineal siempre se realizará de delante hacia atrás, es decir, de vagina hacia el ano, para no arrastrar bacterias del ano hacia la vagina.
  • Es muy importante que después del lavado toda la zona quede bien seca, ya que la humedad puede favorecer infecciones y retraso en la cicatrización. Se aconseja secar la zona con una toalla limpia y a toques, evitando friccionar o arrastrar ya que así podríamos tirar de los puntos y hacernos daño.

Tened en cuenta que con las pérdidas de sangre de los primeros días la toalla se manchará. Aquí aportamos nuestro truco Mater Training: utilizar papel de cocina doblado para dar los primeros toques, y seguir después con la toalla.

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  • Exponer la zona perineal al aire puede ayudar a que se sequen los puntos y evita posibles infecciones. Se puede usar el secador con aire frío para ayudar a la cicatrización y para secar la zona, pero no de forma rutinaria, ya que los puntos podrían quedar demasiado tirantes y provocar dolor y molestias.
  • Es recomendable utilizar compresas específicas de posparto, que sean de algodón o celulosa, sin plástico, que permiten que la zona transpire mejor. Además se deben cambiar a menudo para que el periné permanezca lo más seco posible y así mejorar la cicatrización y que los puntos se caigan lo antes posible.
  • Es ideal utilizar ropa interior de fibras naturales o algodón, evitando licras, encajes, tangas y ropa ajustada. Para los primeros días puede ser útil utilizar braguitas desechables (de papel o rejilla de hilo), ya que las pérdidas vaginales de sangre pueden ser abundantes. También se pueden comprar braguitas de algodón de una talla más muy económicas, y tirarlas después si se manchan.
  • No se deben utilizar tampones al menos hasta la primera regla.
  • Para disminuir la inflamación es útil aplicar hielo, pero nunca directamente, sino siempre envuelto en plástico o en una gasa grande. Esto se puede hacer tres veces al día durante diez minutos.
  • No es necesario realizar curas con ningún antiséptico si no hay signos de infección o lo recomienda el médico. Si se da el caso, se hará con clorhexidina, evitando el yodo porque podría pasar a la leche materna
  • Para el dolor el ginecólogo pautará analgésicos y antiinflamatorios que sean compatibles con la lactancia materna. No hay que dudar en solicitarlos si se necesitan.

¿Cuándo alarmarse?

Será necesario consultar con el ginecólogo o la comadrona en los siguientes casos:

  • Empeoramiento del dolor a pesar de los calmantes.
  • Fiebre
  • Mal aspecto de los puntos de sutura o mal olor
  • Aumento de las pérdidas vaginales respecto a los días previos.
  • Cualquier situación que nos haga sentir inseguras o que necesitemos consultar.