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En el posparto es normal que aparezca una sensación de tristeza, de vacío. Esto, no obstante, no quiere decir que la mujer esté deprimida.

El nacimiento de un hijo lleva a una situación de grandes cambios a nivel físico, psicológico y emocional.

También se producen variaciones hormonales que sumadas al nuevo rol de madre, a las responsabilidades y a los nuevos retos que lleva consigo, hacen que sentirse triste sea comprensible. Por tanto, podemos decir que la tristeza es una emoción que se debe al reajuste a la nueva vida, que no siempre es fácil, pero no estás sola. Es una sensación normal y muy habitual que puede ir acompañada de otras reacciones o síntomas:

  • Llanto
  • Fatiga
  • Complicaciones del sueño
  • Ansiedad
  • Irritabilidad
  • Dudas sobre la capacidad de ser madre
  • Sensación de que la maternidad es una responsabilidad demasiado grande
  • Cambios de humor
  • Dificultad para concentrarse  

Estos síntomas en parte se deben también a que la mujer deja de ocupar el lugar central y tiene que pasar a ocuparse del bebé, que es ahora el centro de toda la atención. Todo esto va desapareciendo a medida que va siendo superado por los sentimientos y el deseo de cumplir con la función materna. Normalmente es una situación breve y que habitualmente desaparece sola, pero si estos síntomas llegan a un punto que alteran el nivel normal de funcionamiento, o si aparecen otros síntomas como sentimientos de resentimiento o de rechazo hacia el bebé, es aconsejable pedir ayuda, explicarlo a la pareja y comunicárselo al médico, ya que puede ser que sea más que una tristeza posparto y derive en una depresión, la cual requiere tratamiento inmediato.   La depresión posparto tiene los mismos síntomas que cualquier otra depresión, pero agravada por los cambios en el cuerpo y la nueva responsabilidad como madre.

Los síntomas más significativos de la depresión posparto son:

  • Falta de motivación para ejercer sus nuevas tareas como madre
  • Cambios drásticos en el apetito 
  • Falta continuada de energía
  • Dificultad para dormir o sueño excesivo
  • Pensamientos relacionados con la muerte
  • Sentimiento de culpabilidad
  • Muy baja autoestima
  • Sensación de soledad
  • Desinterés en cuidarse una misma
  • Dificultad para concentrarse y/o problemas severos de memoria
  • Dificultad para relacionarse y establecer vínculos afectivos con el bebé
  • No querer estar a solas con el bebé por miedo a no saber cuidarlo.  

Para no caer en la tristeza posparto y sentirse mejor se recomienda:

  • Salir de casa y divertirse
  • Hacer ejercicio
  • Darse tiempo para llevar a cabo el nuevo rol de madre
  • Acudir a grupos de soporte, de posparto y de lactancia ya que allí habrá más mujeres que se encuentren igual
  • Estar con la pareja y pedirle ayuda o que realice cosas por nosotras en nuestro nuevo rol de padres
  • Descansar y dormir
  • Aceptar ayuda de otros (amigos, familia…)
  • Si se trabaja, disfrutar del trabajo
  • Comer saludablemente
  • Cuidar de ti misma y mímate
  • No pretender conseguir la perfección  

Estar triste después de un parto es algo habitual y no tiene por qué significar tener una depresión. Aparece un desajuste entre lo imaginado o esperado y lo que finalmente supone cumplir con la función materna. Lo importante es hacer una correcta adaptación y asumir el nuevo rol con ayuda y soporte necesario, y de este modo la nueva madre será feliz y podrá cuidar de su bebé.