bebe-parto-en-casaDurante toda la historia de la humanidad las mujeres han dado a luz en casa y desde hace aproximadamente 50 años la asistencia al parto se ha desplazado al hospital. En los últimos años se ha observado un aumento del número de partos en domicilio y cada vez más parejas se plantean esta opción.

¿Por qué ocurre este desplazamiento desde el hogar al hospital? El motivo de este cambio es el interés de la Medicina moderna por el embarazo y el parto. Hasta mediados del siglo XX la Medicina no había prestado atención a este momento de la vida del ser humano.

Este desplazamiento del hogar al hospital ha permitido la creación de una especialidad médica que es la Obstetricia. A la vez ha permitido que la figura de la comadrona, partera o matrona se convierta en una profesional fundamental para la salud de la mujer.

Este desarrollo ha ido acompañado de una revolución en el conocimiento del embarazo, parto y postparto. Por ejemplo, el diagnóstico prenatal ha evolucionado hasta niveles insospechados. Somos capaces de visualizar intraútero todos los órganos del feto y a su vez somos capaces de solucionar problemas intraútero mediante la cirugía fetal, alcanzando niveles que hace unos pocos años parecían ciencia ficción. Esto es sólo un ejemplo, gracias al desarrollo del conocimiento obstétrico se ha conseguido disminuir la mortalidad maternoinfantil a cifras mínimas históricas y la supervivencia en casos de prematuridad también ha mejorado espectacularmente.

Por otro lado, gracias al desarrollo de la anestesia obstétrica, el parto se ha hecho más confortable y menos doloroso. Se ha podido desarrollar una técnica quirúrgica como la cesárea que ha permitido evitar situaciones mortales que años atrás eran totalmente inevitables.

Pero, ¿todo son ventajas? La verdad es que no, en este afán de controlar, conocer y aprender qué ocurre en el momento de parto, durante muchos años hemos realizado una asistencia obstétrica muy alejada del proceso fisiológico y normal inherente a la vida de la mujer.

El desarrollo del estado de bienestar en el primer mundo ha exigido a la Medicina la no posibilidad de existencia de complicaciones, la ausencia de dolor en el parto, y la comodidad más absoluta para los padres. De este modo aparecen las inducciones a la carta, las cesáreas electivas y la lactancia artificial. Además la medicina se enfrenta a una sociedad más demandante y esto produce una reacción proteccionista del profesional que evita de todas las maneras el mínimo riesgo, llevando a la práctica habitual estas intervenciones médicas tan alejadas de la normalidad.

En esta línea hay cada vez más mujeres que quieren huir de estas prácticas hospitalarias tan “agresivas” o “ violentas” y se plantean un parto diferente a lo establecido en los últimos años, un parto natural e incluso dar a luz en casa con los mínimos medios.

Pero,¿ parir es peligroso? ¿O hemos convertido un proceso normal en un auténtico deporte de riesgo? Seguramente la respuesta correcta es DEPENDE. El control, la monitorización, la aplicación de anestesia o de técnicas quirúrgicas permiten que embarazos de elevado riesgo lleguen a buen puerto. Pero, por otro lado, embarazos normales que no necesitarían NADA de todo esto, se acaban complicando simplemente por la aplicación de técnicas útiles pero quizás no imprescindibles.
Entonces, ¿dónde está el límite? ¿Debemos huir de los hospitales? ¿Debemos parir en casa todas las mujeres alejadas de esos horribles ginecólogos con sus fórceps, sus tijeras y su afán por hacer cesáreas?

Por supuesto la respuesta es que NO. No debemos huir de la medicina pero sí que hay que hacer un esfuerzo y valorar qué es lo que necesitamos y cómo queremos dar a luz. Dicho de otra forma, hay que medicalizar aquellos embarazos que realmente lo necesiten por el riesgo que conllevan y minimizar al máximo la intervención en los embarazos normales.

En esta línea, ¿es seguro dar a luz en casa? Pues de nuevo la respuesta correcta es DEPENDE. Depende de muchos factores pero el más importante es qué asistencia vamos a tener en casa. Si se opta por esta opción nos debemos acompañar por los mejores profesionales, comadronas experimentadas y por supuesto no dejar de realizar un correcto control del embarazo, ya que éste es fundamental. Si los profesionales que nos acompañan realmente lo son, nos insistirán en hacer un correcto control de embarazo y nos aconsejarán acerca de si es o no apropiado dar a luz en casa o si es preferible asistir al hospital.

Otro factor a tener en cuenta es que todo puede torcerse en minutos y que debemos tener un correcto plan B. Tener un plan hablado y negociado de actuación en caso de tener que asistir al hospital y abandonar nuestra casa. Para ello es necesario tener un hospital de referencia que no esté demasiado alejado. Es muy poco habitual y no queremos generar ansiedad ni un miedo innecesario, pero hay emergencias obstétricas en las que el tiempo de llegada al hospital es crítico. Si no tenemos profesionales al lado capaces de detectar complicaciones, podemos tener auténticos problemas. Dar a luz en casa sin asistencia de ningún tipo, en el primer mundo y a día de hoy es una auténtica barbaridad. Dar a luz en casa con profesionales a nuestro lado y con todas las medidas de seguridad que puedan hacer falta, es una opción respetable.

Y si tenemos un embarazo de bajo riesgo pero queremos dar a luz en el hospital, con anestesia peridural ¿estamos en peligro? Evidentemente no, cada vez son más los centros hospitalarios que desarrollan programas de baja intervención o parto respetado. Es labor de la futura mamá buscar el lugar adecuado para sus necesidades respecto al parto, tanto en centros públicos como privados. Las futuras madres deben saber que pueden diseñar su plan de parto y presentarlo a los profesionales que las atienden.
Y aunque es cierto que todavía queda mucho por hacer y por mejorar, la asistencia al parto hospitalario sigue siendo excelente desde el punto de vista médico. Es responsabilidad de todos los profesionales sanitarios dedicados a la obstetricia conseguir una asistencia más humana y cercana sin disminuir un ápice la calidad. A la vez que es necesario que la población se sensibilice en este sentido y solicite este tipo de asistencia médica (parto natural o de baja intervención), no como una excepción sino como práctica habitual. Para ello es básico que las mujeres estén informadas y aquí la preparación al parto es fundamental. Hacer preparación al parto es algo más que hacer gimnasia para parir mejor. Es la oportunidad de contactar con profesionales de la salud de la mujer y obtener la información que nos puede ayudar a decidir qué queremos el día del parto, qué necesitamos y cómo podemos conseguir ese parto soñado, en casa, con o sin anestesia o en el hospital público o privado que queremos.
Podemos concluir que se puede dar a luz en casa siempre y cuando estemos acompañados de profesionales cualificados y con experiencia. Es importante comunicar este hecho a los profesionales que nos atienden durante el embarazo y no actuar “en secreto” por “el qué dirán”. Y por otro lado, en los hospitales debemos exigir una asistencia respetuosa con la mujer y que sólo se realicen las intervenciones realmente necesarias y/o solicitadas por la futura mamá.

El equipo Matertraining.