Primero de todo, me gustaría dejar claro que fiebre es la toma de 2 temperaturas axilares superior a 38ºC, separadas 6h, y que se puede o no acompañar de otros síntomas.

Por lo tanto, si encontráis una temperatura inferior, aunque sea mayor que la vuestra habitual, no se considera fiebre y, de entrada, no os debe preocupar.

Antes de explicaros cuales podrían ser las causas de esta fiebre en el postparto, conocida como fiebre puerperal, haré un repaso a los síntomas fisiológicos (normales) del puerperio o postparto:

Sangrado/ loquios: se produce por las secreciones del útero. Es similar a una menstruación, un poco más maloliente. Suele durar entre 3 y 4 semanas y la intensidad del sangrado varía conforme pasan los días: los primeros días suele ser más abundante que una regla, y las últimas semanas se transforma en un flujo amarillento.

 

Fiebre: cuando se produce la subida de la leche, es posible que se eleve la temperatura. Pero nunca debe ser superior a 38ºC. Puede ser normal notar sofocos, calor o sudoración.

Molestias en las mamas: durante las primeras semanas de lactancia materna, hay madres que notan molestias en el pecho. Esto puede ser debido a la tensión mamaria de la propia subida, a la succión del bebé o a un mal agarre.

Cansancio/ dolor de cabeza: el cuidado del bebé, y el cambio que supone la llegada del recién nacido a vuestras vidas, conllevan un esfuerzo importante. La falta de horas de sueño, acompañada del estrés emocional del cambio, puede hacer sentir fatiga y dolor de cabeza.

Dolor en el periné: después de un parto vaginal, es muy habitual que existan molestias en la vagina, algo de escozor al orinar y sensación de peso al caminar. Todo esto puede ser más intenso si hay puntos de sutura, pero también puede existir con un periné íntegro.

Una vez hemos concretado qué se considera normal, os explicaré a qué puede ser debida la fiebre puerperal y qué debéis hacer si la detectáis. Lo más importante es que quede claro que siempre que detectéis fiebre debéis consultar en vuestro centro médico de referencia, y allí os harán una valoración para intentar diagnosticar a qué es debida.

Entre las causas más frecuentes podemos encontrar:

Endometritis: se trata de una infección del útero. Suele aparecer entre el 3er y 5º día tras el parto. Hay situaciones que aumentan su riesgo, como son los partos muy largos, la cesárea o haber presentado fiebre durante el parto. Los síntomas que se asocian a esta infección son dolor en la parte inferior del abdomen, unos loquios que huelen peor de lo habitual y fiebre.

Infección de la herida: puede que se infecte la herida de la cesárea o de la episiotomía, notándose más dolor en la zona de la herida, junto con enrojecimiento de la zona y, en ocasiones, secreción amarillenta o maloliente y fiebre.

Mastitis: se trata de una infección de la glándula mamaria. Sus síntomas son dolor en la mama, una zona más caliente, endurecida y enrojecida, y fiebre. También es muy típico notar mucho cansancio, dolor de huesos u otros síntomas gripales.

Infección de orina: después de un parto, con las manipulaciones vaginales y los sondajes vesicales, puede incrementarse el riesgo de cistitis o infección de orina. Además de molestias y escozor al orinar, se puede notar una necesidad constante de orinar, quedándose con ganas siempre y, en ocasiones, dolor lumbar. Se puede asociar o no a fiebre.

Tromboflebitis: la tendencia a una peor circulación durante el embarazo se incrementa aún más en el postparto. En ocasiones, las varices se pueden complicar con un pequeño trombo que se infecte. Los síntomas serían dolor en la extremidad afectada, junto con enrojecimiento y tumefacción de la zona. A veces se puede añadir fiebre.

La mayoría de estas patologías se trataran con antibiótico, y algunas de ellas requerirán un ingreso hospitalario para un mejor control y tratamiento endovenoso. Pueden ser complicaciones graves, de modo que si detectáis fiebre en el posparto, es importante que siempre consultéis con vuestro especialista. No debéis tener miedo al ingreso hospitalario o a la separación de vuestro bebé, ya que en principio en todos los centros os facilitarán el ingreso conjunto para poder seguir con la lactancia materna y/o fortaleciendo el vínculo con el recién nacido. Y la mayoría de tratamientos antibióticos o analgésicos son totalmente compatibles con la lactancia.

Todas estas posibles complicaciones las encontraréis explicadas con más detalle en las clases de postparto de los cursos de Mater Training. Si aún así seguéis teniendo dudas, nos podéis contactar y os las solucionaremos.