embarazo-sano-saludable-mater-trainingEn los últimos años ha aumentado el uso de terapias alternativas (homeopatía, hidroterapia, acupuntura, fitoterapia…) para propiciar el parto, para soportar mejor el dolor de las contracciones o para preparar el terreno para un buen parto.

En fitoterapia se utilizan plantas medicinales y sus derivados con finalidades terapéuticas. Y en referencia al parto no podemos dejar de nombrar las hojas de frambueso. El frambueso es la planta que produce las frambuesas, esos deliciosos frutos rojos que todos conocemos y que solemos comer en crudo o que utilizamos para elaborar pasteles o mermeladas. Esta fruta es rica en vitamina C, ácido fólico, magnesio, calcio, potasio y flavonoides, y se ha utilizado tradicionalmente para depurar el hígado y los riñones.

Pues bien, a las hojas de frambueso se les atribuyen propiedades uterotónicas, es decir, que hacen que la fuerza contráctil del músculo uterino sea más eficaz. Esto resulta muy positivo tanto para el trabajo de parto como para el posparto. Por ello, las hojas de frambueso se utilizan para mejorar las condiciones del parto.

No podemos decir que el frambueso sea un inductor del parto, porque no hace que se desencadene el parto, pero sí que puede ayudar a que cuando empiecen las contracciones, éstas sean más fuertes y por tanto más efectivas, facilitando la dilatación del cuello del útero en menos tiempo y dando lugar a partos más rápidos. En algunos estudios se ha observado incluso un menor índice de cesáreas y de partos instrumentados en mujeres que habían tomado frambueso, pero todavía faltan más datos y nuevos estudios para afirmarlo.

También se puede seguir tomando en el posparto, ya que puede ayudar a que el útero vuelva a su tamaño normal y a disminuir la pérdida de sangre, a su vez que puede tener un efecto positivo en la producción de leche materna.

¿Dónde encontrarlo?

En nuestro país podemos comprar hojas de frambueso en herboristerías, y tomarlas en forma de infusión. En otros países se comercializan en forma de cápsulas o comprimidos.

¿Cómo preparar y tomar la infusión?

Su preparación es muy sencilla: simplemente debemos poner a hervir un litro de agua con una cucharada sopera de hojas secas de frambueso. Una vez empiece a hervir el agua, retiramos el cazo del fuego lo dejamos reposar unos 15-20 minutos. A continuación lo colamos, y ya tendremos la infusión lista para tomar.

Por sus propiedades, no se aconseja tomar frambueso antes de las 37 semanas de embarazo, momento en que podemos empezar a tomar una taza diaria de infusión. A medida que van pasando las semanas podemos ir aumentando paulatinamente la dosis, por ejemplo dos tazas diarias a las 38 semanas, tres a las 39, y hasta cuatro a partir de las 40 semanas (que equivalen a un litro al día, dosis máxima recomendada).

Se trata de una dosis progresiva para que su acción uterotónica también sea progresiva y la mujer se vaya adaptando.

Como ya hemos dicho, en el posparto podemos seguir tomando infusiones de frambueso, con una dosis de cuatro tazas diarias que iremos reduciendo paulatinamente a medida que nuestro cuerpo va volviendo a la normalidad.

¿Todas las mujeres pueden tomar hojas de frambueso?

A menudo se cree que las plantas, al ser algo natural, son seguras e inocuas, pero hay que tener precaución con ellas. Antes de tomar frambueso, o cualquier planta medicinal, es importante consultar con el médico.

Las hojas de frambueso son ricas en taninos, que pueden ocasionar problemas en personas con úlcera de estómago o gastritis, y a su vez pueden producir estreñimiento.

Además, por sus propiedades uterotónicas no se aconseja su uso antes de las 37 semanas de embarazo, pero especialmente durante el primer trimestre, ya que su ingesta continuada podría propiciar un aborto espontáneo.

Y, sobre todo, ante cualquier factor de riesgo o patología obstétrica, siempre se debe consultar con el ginecólogo antes de tomar las infusiones.

¿Otros usos más allá del parto?

Además de los usos que hemos comentado, la hoja de frambueso también puede resultar útil en otras situaciones dolores menstruales, diarreas, anginas, aftas bucales, encías inflamadas o que sangran con facilidad, o problemas dermatológicos como dermatitis, picor o acné. En estos casos su preparación y dosis es diferente y es preferible consultar con un especialista en este tipo de terapias.

 

Compra aquí productos relacionados con este post: