El 80% de las mujeres, después del parto, sufren alguna disfunción del suelo pélvico y sólo el 18% consultan a algún especialista. Estas escandalosas cifras fueron algunos de los motivos que nos llevaron a organizar las jornadas de “Suelo pélvico en etapa perinatal” el pasado 18 de diciembre en el Hospital General de Catalunya.
La realidad de nuestra sociedad es que aún se siguen viendo en televisión anuncios sobre compresas anti-incontinencia como si fuera lo más normal del mundo, o escuchando frases en la consulta como “sí, tengo dolor cuando mantengo relaciones pero bueno, supongo que es normal” o “se me escapa la orina, lo normal: al reír, toser o saltar con mis hijos”. El problema es de todos: de las mujeres por normalizar la situación y dejar el cuidado de ellas mismas como la última de sus prioridades, de los profesionales por no dedicar tiempo y energía a prevenir, detectar y solucionar esos problemas y a la sociedad en general por no dedicar más recursos a la prevención de estas alteraciones.
En las jornadas participaron profesionales de diferentes ámbitos: ginecólogos, comadronas, fisioterapeutas, psicóloga y terapeuta postural. Entre todos llegamos a la conclusión de que el cuidado del periné (los músculos que sostienen los diferentes órganos pélvicos) es una asignatura pendiente de nuestra sociedad. Tomar consciencia de esta zona y ejercitarla como ejercitamos las piernas, los glúteos o los abdominales debería ser una labor que se iniciase desde la infancia y juventud. Pero la realidad es que llegamos al embarazo, y no es hasta la semana 28 (6º-7º mes) que iniciamos la toma de contacto con la zona. Ello lo hacemos en las clases de preparación al parto, en donde se suelen enseñar algunos ejercicios como los que explicamos en la Clase práctica de ejercicios para un embarazo saludable de Matertraining. Ejercicios que, si sólo se practican el día de la clase, no tienen sentido. Lo ideal sería que los practicáramos diariamente, aunque sólo fuera durante 15 minutos. Además, técnicas como el masaje perineal o el epi-no también ayudan a esta protección.
Además, el día del parto la comadrona o ginecólogo/a debe cuidar también de nuestro periné, además de nuestra salud y de la de nuestro bebé. Es precisamente el cuidado del periné lo que justifica que la mujer deba poder moverse durante el trabajo de parto y pueda optar a otras posturas de expulsivo más favorables para la protección perineal que la clásica de litotomía o ginecológica. Pero todas estas medidas no sólo se deben realizar en aquellas mujeres que hayan optado por un parto sin analgesia. Aquellas que decidan utilizar la analgesia peridural también pueden beneficiarse de parir en otras posturas, como es la lateral, o de tener un parto tranquilo y respetando los tiempos para intentar evitar la instrumentalización y la episiotomía.
El periodo del posparto también es clave para prevenir problemas a largo plazo. Es importante hacer una correcta rehabilitación del suelo pélvico liderada por profesionales expertos en la materia. No son suficientes las bolas chinas en domicilio o los ejercicios de Kegel mientras vemos la tele o damos el pecho al bebé. Es importante conocer el tipo de parto que hemos tenido, las lesiones que se han producido e ir a por todas para recuperarnos completamente en los primeros 6 meses del parto.
No debemos aceptar que tras el parto nuestras relaciones sexuales sean diferentes, ni que se escape una gota de orina o heces, ni que suframos dolores pélvicos o lumbares. Debemos luchar por recuperar nuestro periné para disminuir los problemas futuros y mejorar nuestra calidad de vida.
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