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En la actualidad, cada vez más son las mujeres que optan por tener un parto natural o normal, o si más no, desean intentarlo, unas consiguiendo su objetivo y otras no.

Hasta hace poco el hospital proporcionaba un ambiento muy frío, clínico y poco confortable, haciendo que muchas mujeres que deseaban un parto natural optasen por dar a luz en su casa. En cambio, actualmente el ámbito hospitalario está cambiando y se está adaptando a las nuevas demandas de la sociedad, siendo posible un parto normal en el hospital además de en el propio hogar.

Un parto natural o normal es aquel de bajo riesgo, que transcurre sin ninguna intervención médica y sin anestesia. El ritmo del trabajo de parto lo marcan la propia mujer y su bebé.

Muchos hospitales se han sumado a ofertar esta opción y ofrecen salas específicas para este tipo de partos, dotadas de material y de personal especializado para que la mujer consiga su objetivo. Al estar estas salas dentro de los hospitales, las mujeres quedan más tranquilas, ya que si surgiese algún imprevisto, urgencia médica o deseasen anestesia se les podría atender rápidamente.

Estas salas son habitaciones privadas, parecidas a los paritorios o a las salas de dilatación normal, pero generalmente ambientadas con colores cálidos. Suelen estar habilitadas con una bañera o ducha, muchas disponen de la posibilidad de escuchar música y de graduar la luz, y están decoradas con cuadros y espejos que crean una atmósfera muy agradable y confortable para la futura madre.

Para que las mujeres consigan controlar y atenuar el dolor de las contracciones y para facilitar el descenso del bebé, estas salas disponen de camas de partos articulables que permiten múltiples posiciones, así como otros dispositivos como telas colgantes, mecedoras o pelotas. Mediante estas camas de partos, la gestante puede colocarse y adoptar muchas posiciones de manera rápida y fácil para que esté lo más cómoda posible. Estas están diseñadas para adaptarse prácticamente a todas las opciones de parto y también para poder proporcionar todos los cuidados posparto necesarios.

Las mujeres utilizan las telas colgantes para suspenderse en ellas, consiguiendo así aliviar el dolor de las contracciones y favoreciendo la verticalidad y el encajamiento del bebé.

Las mecedoras son otro tipo de dispositivo que se utiliza en estas salas. A las mujeres les resulta muy confortable poderse mecer cuando están cansadas y doloridas por las contracciones.

Las mujeres que no utilizan analgesia epidural pueden moverse libremente durante todo el trabajo de parto, adoptar las posiciones que les resulten más cómodas y hacer uso de todos los medios de los que la sala dispone. Cada mujer optará por el que más le guste y le alivie en cada momento del parto.

Muchas de ellas se han preparado para este momento durante el embarazo, realizando yoga, meditación, relajación, etcétera, lo que junto con la aromaterapia, la hidroterapia, la musicoterapia, los masajes y otras terapias que se pueden realizar dentro de estas salas, harán que este momento sea más soportable, llegando al objetivo de tener un parto natural.

La frecuencia cardíaca del bebé y las contracciones uterinas, como en cualquier trabajo de parto, están controladas con el monitor correspondiente. Actualmente, algunas de estas salas disponen de monitores inalámbricos, lo que resulta más cómodo para la mujer, ya que ésta no es necesario que esté conectada mediante cables y puede estar sumergida en la bañera o deambulando y moviéndose por toda la sala.

También existe una cuna térmica, preparada siempre para recibir al recién nacido y prestarle los primeros cuidados necesarios en caso de complicaciones, permitiendo la reanimación pediátrica en la misma sala.

Cuando ha tenido lugar el parto, madre, padre e hijo pueden permanecer en observación en la misma sala o procederse al traslado a la habitación correspondiente. Si permanecen allí mismo, se aprovecha para crear el clímax idóneo para iniciar la lactancia materna, dejando al recién nacido en contacto piel con piel con la madre desde el momento del nacimiento.

Las mujeres que optan por esta opción, normalmente requieren más atención y soporte emocional, ya que puede resultar un trabajo agotador. Es por ello que es muy importante el papel del acompañante y el de la matrona que está controlando todo el proceso de dilatación. Tanto la matrona como el acompañante han de animar, dar soporte, muestras de cariño y afecto para que la futura mamá llegue a su gran objetivo, que es el poder tener a su hijo de la forma más fisiológica posible.

¿Realmente es necesario todo este material para tener un parto natural? Todos estos elementos pueden ayudar, pero lo fundamental para conseguirlo es ser una mujer poderosa, segura de sí misma, y tener un buen acompañamiento. El resto, a nuestro modo de ver, es accesorio y no imprescindible. Se pueden tener unas instalaciones fantásticas, pero si no se tiene un personal formado y motivado éstas no servirán de mucho. En cambio, espacios físicos más modestos que consten de una cama articulada, una pelota y un baño privado con ducha, pero en los que la mujer pueda gozar de intimidad y un buen acompañamiento emocional, serán suficientes para tener el parto deseado. ¿Y qué es lo ideal? Poder contar con ambas cosas: unas instalaciones fantásticas y el acompañamiento ideal.