Aprovechando que el pasado viernes fue el Día Mundial de la Menopausia, hemos pensado que sería interesante escribir un artículo dedicado a esta etapa de la vida de la mujer.

Como dice Cristina Mitre (@thebeautymail), en su podcast y creo que en las 2 entrevistas que me ha hecho, muchas mujeres serán madres, otras no, pero lo que está claro es que todas pasaremos por la menopausia.

Empezaremos por definir qué es. Es la última regla de una mujer. Para afirmar esto necesitamos pasar un año entero sin regla. Esto ocurre de media a los 51 años y el intervalo dónde es normal que se produzca es entre los 45 y los 55 años.

Y sí, es una etapa más. Como la adolescencia o la edad fértil. Sin embargo y para nuestro pesar tiene una carga peyorativa histórica, difícil de obviar.

La menopausia está asociada a vejez, a final, en resumen, a algo malo. Sin embargo, esto es muy injusto y es una condición heredada de tiempos antiguos donde las mujeres con suerte llegaban a la menopausia. Porque la menopausia coincidía en muchos casos con el final de la vida. La esperanza de vida hasta antes de llegar al siglo XX, no era como ahora que para la mujer se sitúa en torno a los 85 años. De manera que, ahora hablar de final o de vejez si hablamos de menopausia, es un grave error. En términos de normalidad, al llegar la menopausia vamos a vivir aproximadamente 30 años más. No está mal, es un importante número de años. Dónde, el objetivo, en mi opinión, deber ser vivir lo mejor posible, con la comodidad añadida de no tener la regla y no tener que evitar el embarazo.

Además, otra herencia del pasado es la asociación de menopausia con el síndrome de nido vacío. El síndrome de nido vacío hace referencia a las mujeres que alrededor de los 50 años, ven como sus hijos se independizan y se van de casa, dejándoles un gran vacío en su hogar. Esto puede ser actual en algunos casos, pero habitualmente ya no pasa. Muchas de los que me leéis estaréis de acuerdo con que cada vez más mujeres van a enlazar su posparto con su perimenopausia y, por lo tanto, nunca tendrán más lleno el nido que precisamente en esta etapa vital. Si retrasamos la maternidad y desarrollamos carreras profesionales, nos vamos a encontrar en la menopausia con niños pequeños, carreras en su máximo desarrollo y con los síntomas de la menopausia en auge.

 

Para estas mujeres, aguantar y pasar sin hacer nada, la etapa perimenopáusica, con los sofocos, insomnio, cambios de humor, dolor con las relaciones sexuales y el largo etc de síntomas, no suele ser una opción.

Aunque es cierto que no todas las mujeres presentan síntomas. Más de la mitad, sí lo harán y en un 25 % estos serán intensos y en un 10 % aproximadamente muy incapacitantes. ¿Por qué aparecen los síntomas? Por la disminución en la fabricación de hormonas sexuales en los ovarios que ocurre llegando la menopausia. Estos son responsables de que tengamos la regla y ovulemos pero también del control de la temperatura corporal, de la elasticidad de nuestra piel o de la lubricación de nuestra vagina, entre otras cosas.

Para todas las mujeres llegada la perimenopausia, la recomendación es vivir de la mejor manera posible: alimentación correcta, con importante consumo de lácteos, pescado azúl, fruta y verdura, realizar ejercicio regular, evitar los tóxicos como el tabaco, el alcohol o el café y vivir de la manera más relajada posible: durmiendo bien, haciendo actividades que nos llenen o nos relajen y con una vida sexual lo más plena posible, en pareja o en solitario.

Para las que los síntomas de la menopausia no les dejen hacer vida normal, la visita a su ginecólogo/a es indispensable. Las opciones terapéuticas van desde terapias naturales en los casos de síntomas no invalidantes y sabiendo que su eficacia oscila del 50-60 % de los casos y la terapia hormonal en los casos donde la terapia natural haya fracasado o bien los síntomas sean muy intensos. Será el médico junto con la paciente quiénes decidan conjuntamente qué tratamiento se adecua más.

¿Qué ocurre cuando la menstruación desaparece antes de los 40 años?

Esto es poco frecuente pero no por ello deja de ser importante. Se trata de la conocida menopausia precoz o en términos médicos: Insuficiencia ovárica primaria.

Estas mujeres no pasan por un cambio fisiológico, sino por un fallo de su actividad hormonal. Las hormonas sexuales que fabrican los ovarios tienen efectos en casi todos los órganos del cuerpo: desde la piel, hasta el cerebro, pasando por el corazón, la vagina y los huesos.  Estas chicas sufren un importe choque emocional con la noticia, suelen encontrarse bien si las comparamos con las mujeres de alrededor de los 50 años, o tener síntomas poco intensos. Además, pueden tener la menstruación más o menos regular.

¿Cómo se enteran? Muchas al consultar por no conseguir quedarse embarazadas, otras porque la regla les hace el tonto, o no viene en meses o viene muy irregular y un porcentaje menor, no tiene la regla y además tienen síntomas típicos como los sofocos.

¿Qué pasa con ellas? Pues si quieren quedarse en estado, necesitaran tratamientos de reproducción asistida, aunque en algunos casos, los menos, consiguen embarazo de forma espontánea. Si no quieren ser madres, necesitarán tratar su déficit hormonal sí o sí. Esto se puede hacer con terapia hormonal sustitutiva o con anticonceptivo hormonal.

¿Por qué? Porque la falta de hormonas sexuales femeninas supone un riesgo para la esperanza de vida de estas mujeres. Aportándoles las hormonas que no fabrican se protegen de enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares, angina…) y de la osteoporosis prematura. Además de evitar el envejecimiento prematuro, la pérdida de líbido o su envejecimiento genital que pueden afectar mucho a la autoestima.

No podía acabar sin hacer un apunte a la terapia hormonal y las dudas que ésta plantea. Para los ginecólogos, en especial los que nos dedicamos a la menopausia, la terapia hormonal en la mujer que entra en la posmenopausia en la edad esperable, si no tiene contraindicaciones para su uso, es una opción sólo si tiene síntomas y estos son muy intensos e incapacitantes.  No se recomienda el uso de terapia hormonal en mujeres en la posmenopausia si se encuentran bien.

En la mujer joven que se queda sin regla antes de los 40 años, es muy diferente. Aquí no depende de cómo se encuentre. No hay discusión, no ofrecerle terapia hormonal implica un maltrato ya que la expone a un mayor riesgo de morir de forma prematura.

En cuanto al cáncer de mama, ese eterno debate en relación a la terapia hormonal. Sólo se ha demostrado un ligero aumento del riesgo (1/8000 mujeres en términos absolutos) que es un riesgo inferior al de tener sobrepeso. Y si la terapia hormonal se usa por vía vaginal, este riesgo no existe.

Quiero decir, tiene más riesgo para desarrollar un cáncer de mama, tener sobrepeso que usar terapia hormonal. Muchísimo más riesgo fumar que usar terapia hormonal. Muchísimo más riesgo estar obesa que usar terapia hormonal.

Sin embargo, repito, lo más importante en esta etapa es vivir lo mejor posible, hacer ejercicio, comer bien, dormir mejor y si con todo esto, los sofocos, el insomnio, la irritabilidad o el dolor articular no nos deja vivir: ¡No te conformes! debemos consultar al especialista que nos ofrecerá una solución adecuada para cada una de nosotras.

En la menopausia, #noteconformes!