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Durante el embarazo la piel evidencia diferentes modificaciones que aparecen como consecuencia de los cambios hormonales, vasculares e inmunológicos que surgen en la mujer embarazada. La piel se vuelve más sensible, más irritable y más predispuesta a la aparición de alergias y eccemas.

Además, como ya comentamos en el post anterior, durante el embarazo aparecen las temidas manchas oscuras en la piel de la cara, así como en otras zonas del cuerpo. Y es que, hasta un 70% de las embarazadas pueden presentar en el rostro estas manchas. Generalmente, se localizan en frente, mejillas, nariz y en la zona de labio superior. Esta alteración se conoce como melasma o cloasma y es debido a un depósito excesivo de la melanina en la piel. Acostumbra a aparecer en el segundo trimestre de embarazo y se acentúa en los últimos meses. Es más frecuente en mujeres de piel oscura y acostumbran a desaparecer alrededor de los tres meses de posparto.

El sol, y concretamente las radiaciones ultravioletas, predisponen y empeoran dichas manchas. Por lo tanto, si las queremos evitar o al menos atenuar, la recomendación principal será evitar la exposición solar utilizando cremas con pantalla solar de alta protección. Las más recomendadas son las de FPS 50 y las que poseen pantalla física, siendo éstas últimas las que tienen cada vez más adeptos entre pediatras. dermatólogos y ginecólogos por su alta eficacia y escasas reacciones alérgicas. Debemos recordar que la crema se debe aplicar 30 minutos antes de la exposición solar y se debe repetir la aplicación cada 2-3 horas.

Además de usar las pantallas solares, es importante que evitemos las horas del día de máxima irradiación ( entre las 12 y las 16h), así como exposiciones prolongadas al sol. Debemos recordar que los sombreros pueden ayudar a disminuir la irradiación en la cara. Además, es importante hacer hincapié en que la crema solar no tan sólo se debe aplicar los días de playa, debe ser una rutina diaria antes de salir de casa, independientemente de si hace sol, si vamos a la montaña, a la playa o simplemente a hacer la compra.
Hablando de radiaciones ultravioletas y embarazo, no podemos dejar de mencionar que la irradiación recibida en los solariums (rayos UVA) es aún más nociva para la piel, pues sólo se reciben los rayos A, que son unos de los que ponen morena.
Y en cuanto a las cremas y productos autobronceadores, aunque no se conocen efectos indeseables durante el embarazo, no existen estudios suficientes que den seguridad para su uso. Por lo tanto, se deberían evitar.

A pesar de los efectos nocivos explicados, siempre que se utilice sentido común y protección, tomar unos rayos de sol es saludable tanto física como psíquicamente. Pues aumentaremos la concentración de vitamina D necesaria para la absorción del calcio y, seguramente, mejoraremos nuestro humor.

Feliz Verano y Feliz Embarazo