Estamos en pleno verano y muchos y muchas habréis empezado las vacaciones y el resto estáis deseando que lleguen las deseadas y ansiadas vacaciones.

El verano nos regala días interminables, un montón de horas de luz y la posibilidad de hacer un sinfín de actividades al aire libre, estemos o no de vacaciones.

Hay quién es un amante del mar y de las playas, otros son más de montaña, pero sea como fuere, todos estamos expuestos al sol y al riesgo de los efectos dañinos sobre nuestra salud.

La embarazada no está exenta de todo esto. Durante el embarazo se puede tomar el sol, se pueden hacer actividades al aire libre, pero siempre, igual que en cualquier otro momento, extremando las medidas de precaución.

Lo mismo ocurre con los más pequeños. El aire libre y la exposición solar no es dañina, siempre y cuando, hagamos una correcta protección y tengamos en cuenta los siguientes consejos.

A los menores de 6 meses no se les recomienda el uso de protectores solares, por este motivo deberemos evitar su exposición directa al sol. Evitando sobre todo las horas de mayor intensidad solar: de 12 a 16 horas y utilizando prendas de ropa adecuada para evitar que los rayos solares alcancen su piel.

Para todos los demás el uso de protección solar de alta graduación: SPF 50 y filtros adecuados, es innegociable. La piel tiene memoria, las quemaduras afectan a nuestro ADN y la exposición solar se relaciona con la aparición de enfermedades de la piel graves, como el melanoma. Por eso es fundamental una correcta protección solar, tomar conciencia de que el moreno puede ser atractivo, pero no deja de ser una de reacción de la piel que se ha tenido que defender del sol.

Además, la embarazada, y todas las mujeres que utilizan tratamientos hormonales: anticonceptivos, DIU con hormonas, terapia hormonal de la menopausia o terapia hormonal sustitutiva corren el riesgo de desarrollar manchas en la piel con la exposición solar: el conocido melasma o cloasma, que, si es cierto que después desaparece, tras el embarazo, es cierto que vuelve a ser un efecto negativo en la piel, cuando ésta se ha tenido que defender del efecto del sol.

Para evitar todos estos efectos negativos no hay que esconderse del sol y no disfrutar de las actividades al aire libre, hay que adaptarse y seguir haciéndolo, pero con la conciencia de que es necesario protegerse del sol.

Os dejamos unos consejos muy interesantes y que os ayudaran a cuidar mejor vuestra piel y la de los vuestros:

  • Evita la exposición solar de 12 a 16 horas.
  • Utiliza productos con alta protección: SPF 50 y filtros para evitar la radiación solar perjudicial. Repite la aplicación cada 2 horas o después de baños o sudoración intensa.
  • Usa sombreros o gorras con visera para evitar la exposición directa en la cara y evitar la aparición de melasma/cloasma.
  • A los niños y niñas, protégelos con productos de alta protección, además de gorras o sombreros para evitar la insolación.
  • Existe ropa con SPF 50, si no puedes evitar la exposición en las horas de más intensidad, utilízala, sobre todo con los más pequeños.

 

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