En otras ocasiones ya os hemos hablado de qué es el suelo pélvico y qué ejercicios hay para mantenerlo en forma. Hoy os quiero explicar los diferentes utensilios que existen para ayudar en este entrenamiento, y cuáles son las diferencias entre ellos.

Primero de todo, hablaremos de las famosas bolas chinas. Seguro que la mayoría habéis oído hablar de ellas, pero pocas sabéis exactamente cual es su función, cuándo y cómo utilizarlas.

Las BOLAS CHINAS son unas esferas unidas por un hilo que tienen en su interior una bolita más pequeña , que produce pequeña vibración al movimiento. Por lo tanto, para que sean efectivas se tienen que utilizar mientras se realiza cualquier actividad física. ¡No sirven en reposo!

La pequeña vibración que emite con el movimiento aumenta el TONO de la musculatura del suelo pélvico. Además, si se utilizan mientras se están realizando los ejercicios de Kegel, pueden ayudar a mejorar la propiocepción y la fuerza muscular de manera más rápida.

Existen diferentes tipos, de una sola bola o de dos bolas unidas por un hilo. Además el peso puede variar, existiendo algún modelo en el que puedes cambiar el peso de la bola interior para ir prosperando en el entrenamiento. Existen diferentes tipos, de una sola bola o de dos bolas unidas por un hilo. Además, su peso puede variar, existiendo algún modelo en el que incluso se puede cambiar el peso de la bola interior para ir prosperando en el entrenamiento. La esfera externa suele ser de silicona. Su uso más común es colocarlas al fondo de la vagina y mantenerlas allí durante unos 15-20 minutos al día, y un máximo de 3 horas.

Los CONOS VAGINALES son unos utensilios cónicos con diferentes pesos. No producen vibración, por lo tanto su uso es para potenciar el kegel y consecuentemente la FUERZA  y no el tono muscular. Se tiene que ir progresando en el peso que introducimos, de tal manera que inicialmente se usarán los conos de menor peso y mayor tamaño para poder asegurar su retención y se irá progresando a conos de mayor peso.

Otros utensilios más modernos y menos conocidos son LOS ESTIMULADORES/ENTRENADORES DE KEGEL, son dispositivos electrónicos que tienen un aplicador vaginal (tipo vibrador), que se introduce en vagina y unos programas que se van ajustando a las necesidades individuales. Producen vibraciones de diferentes intensidades que van marcando la fuerza y frecuencia de la contracción de kegel a realizar. Sirven por tanto, para mejorar el tono y la fuerza muscular. Son muy útiles si no existe una buena consciencia de la musculatura pélvica y si no existe la posibilidad de que un fisioterapeuta guíe en los ejercicios.

Todos estos utensilios se pueden encontrar fácilmente por internet, en farmacias y en sex-shops. Pero el decidir cuándo utilizarlos y cuál está realmente indicado puede ser un poco complicado. Si es de forma preventiva, es decir, si no se sufre ningún problema de suelo pélvico, y simplemente se quiere mejorar el tono y fuerza muscular, en la mayoría de casos se podrá optar por el que parezca más atractivo. Todo cambia si hay que utilizarlos por algún problema, y es que ¡no todo sirve para todo! Así, por ejemplo, si estás en tu posparto y de manera voluntaria, sin valoración previa, decides usar unas bolas chinas, quizás te estés equivocando. Puede pasar que no tengas suficiente tono basal (en reposo) y no las aguantes en el interior de la vagina, o que tengas un tono muy aumentado (hipertono) y que su uso te produzca dolor y un empeoramiento de los síntomas que te llevaron a usarlas.

Durante la gestación, siempre y cuando ésta sea de bajo riesgo y se consulte previamente con el ginecólogo, se podrán utilizar tanto las bolas chinas como los conos vaginales, con el objetivo de mejorar la musculatura pélvica y prevenir alteraciones posteriores. Es interesante apuntar que su uso durante el tercer trimestre, cuando ya se aproxima el parto, no está muy claro, pues en esta etapa interesa mucho más aumentar la elasticidad de los tejidos y disminuir el tono muscular para poder facilitar el parto vaginal.

Como conclusión, podríamos decir que es magnífico que hayan utensilios que nos ayuden a mantener en forma el suelo pélvico, pero que no son imprescindibles para conseguirlo. Su uso generalizado, sin ningún tipo de guía, no está recomendado, aunque si se quiere hacer de modo preventivo, seguramente sean de gran ayuda.