Hace unos días vimos que en la página de un gimnasio de Almería se hablaba sobre el ejercicio físico durante el embarazo, y una de nuestras ginecólogas intervino aportando su granito de arena. Ya sabéis que desde Mater Training siempre hemos animado a las embarazadas a realizar ejercicio físico de forma regular si no hay ninguna complicación médica que obligue a lo contrario, y hemos hablado del tema varias veces en nuestro blog. Pues bien, en ese hilo intervino Mari Carmen, que espera a su tercer bebé y a sus 37 semanas sigue entrenando. Le propusimos compartir su experiencia con nuestras lectoras, y aceptó en seguida. ¡Aquí tenéis su relato!

 

img_20170412_195819Como bien sabéis mi nombre es M Carmen pero todo mi entorno me conoce por Kika. Estoy encantada de poder formar parte de vuestra página web, y mas aún que mi experiencia pueda servir como referencia a otras futuras mamis deportistas.

Empecé a realizar deporte hace aproximadamente unos 5 años , me decidí por fin y me apunté a un gimnasio, iba casi todos los días a realizar clases dirigidas como bodypump, cycling, walking…  descubrí un nuevo modo de vida, ya que anteriormente jamás había realizado ningún tipo de deporte .

El ejercicio es un hábito más en mi vida, el día que no voy es como si algo me faltara, lo echo de menos y mi cuerpo y mi mente  me lo piden, me aporta bienestar, agilidad y seguridad para realizar cualquier tipo de quehacer en mi vida cotidiana. No sé si es como una droga , pero puede ser similar, ya que hace que dependas de tu dosis diaria de endorfinas. Ese momento en el que acabas de entrenar y te vas a la ducha es el mejor momento del día, notas el subidón y las ganas de volver mañana para repetir.

Entrenaba unos 5 días semanales, el fin de semana lo aprovechaba para salir a andar, montar en  bici, hacer senderismo o algún tipo de ejercicio al aire libre.  Cuando me enteré que estaba embarazada ya tenía un retraso de mes y medio y seguí entrenando los mismos días, aunque bajé mi intensidad y eliminé todo impacto. A medida que fue avanzando mi gestación, sobre el segundo trimestre, me notaba que ya me cansaba un poquito más y bajé mis entrenamientos a 4 días a la semana, los días restantes los disfrutaba saliendo a andar con mis cascos y mi música favorita, y a partir del octavo mes es cuando decido entrenar 3 días por semana y seguir saliendo a andar con mi pulsímetro haciendo entre 10.000 y 15.000 pasos diarios .

Conocí el entrenamiento de alta intensidad y empecé a practicar crossfit al año de empezar a hacer deporte. El crossfit es un deporte de alta intensidad basado en ejercicios de fuerza y funcionales, siempre me habían llamado la atención las pesas y cuando las probé supe que este iba a ser el deporte que me acompañaría toda mi vida. Cada día soy capaz de superarme a mí misma en cada una de las clases, y eso quizás haya sido lo que mas me ha enganchado. Ese momento en el que subes de peso tu último Rm, o cuando enlazas unas cuantas dobles de combas o te ves capaz de hacer dominadas, algo que nunca antes pensabas que serías capaz de hacer… esto es lo que hace que quieras más y más. ¡El Crossfit me enamoró desde el primer día!

Anteriormente tuve dos embarazos, en mi primer embarazo era apenas una adolescente , solo contaba con 17 años y no hacía nada de deporte. Tuve un embarazo con los típicos síntomas como vómitos, náuseas, inflamación, molestias y dolores de espalda. Los últimos meses se me complicaban con gastroenteritis y hasta un cólico nefrítico, fue horrible, la dilatación fue larguísima, tardé unas 16 horas en dilatar sin contar las horas que ya había estado con contracciones aguantando en casa. A los casi tres años me quedé embarazada de mi segundo hijo, como en el anterior tuve un embarazo sedentario, si ya de por si había cogido sobrepeso en el primer embarazo éste se llevaba la palma, y cuando di a luz contaba con 30 quilos mas de lo que pesaba antes. Me destrozó el cuerpo, estrías por todos sitios, no podía salir apenas porque me mareaba en cualquier sitio, siempre estaba cansada, había dejado de lado mis amistades porque no quería salir de casa y no quería hacer ningún tipo de actividad, mi cuerpo no reaccionaba, las ecografías me las hacían lo mas rápidas posibles porque el simple hecho de tumbarme boca arriba en la camilla me mareaba, tenía muchísima ansiedad, y di a luz a mi segundo hijo después de 11 horas a base de dolor.

En este, mi tercer embarazo, lo primero que se me pasó por la mente fue lo mal que lo pasé en los dos anteriores y que no iba a dejar otra vez que un embarazo me destrozara ni física ni psicológicamente, así que en cuanto vi el positivo me puse en contacto con mi entrenador y le dije: “Pablo estoy embarazada, pero no quiero dejar de hacer deporte”. Él me aconsejo que se lo comentara a mi médico y si todo estaba bien pues no había problema, así que eso fue lo que hice. Cada vez que voy a la consulta salgo contentísima porque mi médico siempre me felicita por este embarazo tan bonito que llevo, he cogido el peso necesario por cada mes, mi tensión arterial está perfecta , todas mis analíticas son ejemplares y no he sentido en ningún momento ningún síntoma negativo: en las 37 semanas de embarazo que llevo no he conocido ni una náusea, ni un vómito, mi zona lumbar está fuerte y no siento dolor, tengo agilidad hasta para atarme mis zapatos y levantarme de cualquier sitio sin necesitar que nadie me ayude, muevo muebles y limpio mi casa con facilidad, llevo las bolsas de la compra y hago todo lo habitual sin ningún tipo de molestia.

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En mi familia al principio, como me esperaba, lo primero que me dijeron en el momento que les di la noticia fue “bueno, ¿pues ahora dejarás de hacer pesas y descansarás?”. Mi contestación fue “¿deja la leona de cazar aun estando embarazada en algún momento de su vida? ¿Dejó mi abuela de lavar en las pilas o alguno de mis antepasados cesaron su trabajo en el campo?” Ahora, cuando ven cómo lo llevo, lo bien que está mi bebé y todos los estudios que hay con respecto al deporte y el embarazo, es cuando se han dado cuenta de que lo que realmente he hecho no es ninguna locura, y tanto a ellos como mis  clientas, mis amigas y alguna que otra persona que me ha visto coger pesas con esta barrigota ya notable he podido demostrarles que lo de parar y comer por dos es erróneo, eso son mitos y leyendas que hoy por hoy se han demostrado científicamente que son perjudiciales para una mujer embarazada y para su bebe.

No me gusta dar consejos, pero lo que sí puedo es contar mi experiencia sobre mis tres embarazos y puedo asegurar que algo tan simple como no dejar de hacer deporte en el embarazo y llevar una alimentación equilibrada ha hecho que no vuelva a pasar por los fatídicos síntomas negativos, me veo más bonita que nunca, me encuentro con energía como para parar un camión y estoy preparada para que llegue el momento mas deseado, por lo que me he estado entrenando estos 9 meses: el parto. Y, lo mas importante, estoy dándole a mi bebe unas dosis extras de oxigenación, vitalidad y fuerza,  ya  que hay  investigaciones que demuestran que los bebés nacidos de madres físicamente activas tienen una activación cerebral más madura.

Un saludo y espero que mi historia sirva para algo, seguro que me dejo muchas cosas en el tintero o a lo mejor hasta me he extendido demasiado, lo importante es que he querido dejar plasmado lo que es para mí realmente combinar embarazo y deporte.

Muchos besitos,

                    Kika

 

¡Muchísimas gracias Kika por compartir tu experiencia con nosotras! Estamos seguras que será muy útil para animar a otras mujeres a seguir haciendo ejercicio durante el embarazo. ¡Te deseamos un parto estupendo!