Es muy típico que una mujer embarazada nos explique que a las seis de la tarde aún está haciendo la digestión, y que después de comer tenga la sensación de haber hecho una comida navideña a pesar de haber comido como un pajarito. Y es que durante el embarazo la digestión es más lenta, porque el estómago se vacía más despacio. Además, a medida que va creciendo el útero el estómago queda arrinconado arriba del todo, y tiene menos espacio para ensancharse, de modo que a la mínima queda lleno. Si tenemos un estómago que se llena enseguida y que se vacía lentamente, y además la embarazada necesita comer a menudo para evitar bajadas de azúcar, lo ideal es comer poco y a menudo, como los pájaros. Esto también ayudará a combatir las náuseas, si aparecen.

mal d'esquenaAdemás, por causas hormonales la válvula que cierra el estómago por arriba no cierra del todo bien, de modo que los ácidos del estómago pueden subir hacia arriba, a una zona que no está preparada para soportarlos, dando sensación de ardor, de quemazón. Ésta se puede describir de varias formas: como un fuego que sube desde el estómago hacia la garganta, como una simple molestia entre las costillas, como un dolor difuso por la barriga o incluso como la sensación de tener un puñal clavado en la boca del estómago. La acidez es un síntoma francamente desagradable, y muchísimas embarazadas la experimentan en algún momento de la gestación, ya sea a diario o de forma puntual. Además, también contribuye a la aparición de náuseas y vómitos.

Toda esta sintomatología depende mucho de lo que se coma. Es cierto que hay mujeres que tienen acidez y digestiones pesadas independientemente de su dieta, pero muchas solo presentan molestias según qué hayan comido. Las comidas grasientas, con salsas, fritos, etcétera, cuestan más de diferir, y además producen acidez. También pueden provocar ardor los alimentos picantes, los cítricos, las bebidas con gas o la cafeína. Las verduras crudas, como por ejemplo la lechuga, sobre todo por la noche, también pueden ser causa de acidez. Además de lo que se coma, cómo se coma también juega un papel importante: no debemos olvidas masticar bien y comer despacio.

mare que no pot dormirPara prevenir la desagradable sensación de acidez se aconseja no irse a la cama justo después de cenar, para no tumbarse con un estómago que ya está desplazado por los cambios anatómicos del embarazo y que por efecto de la gravedad aún subirá más, enviando todos los jugos gástricos irritantes hacia el esófago. Aún recuerdo el despertar que tuve estando embarazada en plena siesta, después de comerme un bol de fresas de postre; ¡por un momento pensé que me estaba pasando algo grave! Algunas mujeres, a pesar de cenar pronto, necesitan dormir con dos almohadas, o incluso medio sentadas para evitar el reflujo de ácido hacia arriba.

Si con todas estas medidas no tenemos suficiente, no hay que sufrir innecesariamente. Hay diferentes medicamentos que pueden resultar útiles para combatir la acidez y que son seguros durante el embarazo, siempre bajo prescripción médica. También es importante que el médico descarte otras causas de dolor de estómago más allá del propio embarazo. A pesar de hacer énfasis en la seguridad de estos tratamientos, hay mujeres realmente reacias a tomar medicamentos, y por mucho que se lo expliquemos decidirán convivir con estas molestias, trampeando con soluciones más o menos inefectivas, como beber leche, que pueden ayudar en casos leves pero no supondrán una mejora en casos realmente molestos. Hay que vigilar con las infusiones, ya que hay hierbas que parecen inofensivas y están totalmente desaconsejadas durante el embarazo.leche

Así pues, para combatir las digestiones pesadas se aconseja comer a menudo y poca cantidad, priorizando alimentos ligeros de fácil digestión. En caso de ardor o molestias estomacales no hay que sufrir en silencio, y la mejor opción es consultar con el ginecólogo para valorar qué medidas pueden resultar más útiles.