Las infecciones vulvovaginales afectan a mujeres de todas las edades, pero durante el embarazo aumentan su incidencia. Además, en verano aumenta todavía más. Además de las infecciones vaginales, en esta época también aumentan las cistitis o infecciones de vías urinarias.

Tanto las infecciones vulvovaginales como urinarias, pueden dar síntomas que pueden confundirse. Molestias vulvares, escozor, picor, molestias a la hora de orinar, enrojecimiento o alteración del flujo. Pero el tratamiento es bastante diferente. Es por ello que si tienes estas molestias, puedes dejar pasar uno o dos días máximo, pero si no mejoras, deberás consultar con un especialista.

En verano, la incidencia de infecciones ginecológicas es mayor ya que existen distintos factores que favorecen su desarrollo como son el sudor y el calor, además de la asistencia a piscinas y playas  con la consecuente humedad prolongada en el bañador y zona íntima. También, durante los meses de verano, hay otros factores como los cambios de dieta, de ritmos de vida, aumento de relaciones sexuales y las condiciones de algunos viajes pueden aumentar el riesgo de desequilibrio vaginal y, por tanto, de estas afecciones.

Las dos infecciones vulvovaginales más importantes en España por su frecuencia son la vulvovaginitis candidiásica y la vaginosis bacteriana. Y la mayoría de las mujeres sufriremos alguna de ella a lo largo de nuestra vida, sin ser ello un gran problema. Pero hay aproximadamente un 40% de los episodios de candidiasis que va a recurrir, y hasta el 15% se convierten en vulvovaginitis crónicas recidivantes. Estas pacientes sí que les puede condicionar su calidad de vida, ya que sufren molestias continuamente y alteran sus relaciones sexuales.  El mecanismo por el cual aparece esta cronificación es, en gran medida, por un desequilibrio de la flora vaginal ( cambio de PH, disminución de los lactobacillus, aumento de bacterias menos favorables).

Lo más importante y que creo que os debo insistir, es en la la prevención. Es clave que queden claras unas medidas preventivas útiles, tanto de higiene íntima como de alimentación:

La zona íntima tiene que estar limpia y seca. Esto implica, cambio de bañador rápidamente para evitar zona húmeda, uso de ropa interior de algodón, uso de ropa holgada para que pueda correr el aire, evitar uso de salvaslips.

– La limpieza después de ir al baño es importante que se haga en el sentido correcto, SIEMPRE será de adelante hacia atrás (evitaremos así que las bacterias del recto vayan a vagina y/o vejiga).

– El uso de jabones, está limitado a una vez al día. El ph debe ser neutro y si tienes sensibilidad cutánea puedes usar jabones íntimos especiales.

– Llevar una dieta sana y equilibrada, reduciendo la ingesta de hidratos de carbono (sobre todo de azúcares)

– Beber 1.5 litros de agua al día.

– Parar cada 3 horas para poder ir al baño y vaciar vejiga.

Higiene intima y vaciar vejiga después de las relaciones sexuales. Además del uso de barreras de protección adecuada, evita lubricantes muy perfumados que pueden alterar la flora.

TRATAMIENTOS

– El uso de probióticos vaginales ( vía oral) como complemento los meses de verano, puede ayudar a disminuir su incidencia. No están contraindicados durante el embarazo.

– Hay algunos tratamientos tópicos que son eficaces para mejorar los síntomas de picor y escozor en aquellas vulvovaginitis inespecíficas , evitando llegar al uso de antifúngicos o antibióticos. Estos tratamientos suelen ser óvulos que contienen aloe, acido láctico y otras sustancias que calman el picor y mejoran el ph vaginal. También existen cremas externas y jabones que nos pueden ayudar.

 

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Espero os hayamos ayudado a mejorar vuestra salud vaginal y a poder disfrutar aún más del verano. Si tenéis alguna duda o queréis comentar vuestra experiencia , ¡podéis comentarnos!