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Opción A: tu bebé. Opción B: tu pareja. Hago esta pregunta a muchas de mis pacientes al mes del parto, e incluso a los seis meses. La mayoría quieren muchísimo a su pareja, pero absolutamente todas eligen la opción A.

Y es que cuando tenemos un bebé nuestro mundo empieza a girar a su alrededor. Damos prioridad al hemisferio derecho de nuestro cerebro, que es el de las emociones, los sentimientos y la creatividad. Nuestro instinto nos lleva a proteger a nuestro cachorro por todos los medios, atendiendo todas sus necesidades físicas y emocionales. Es como si no tuviésemos ojos para nadie más.

Además, si damos el pecho tenemos elevada la prolactina, que es la hormona encargada de la producción de leche, y que a su vez produce una inhibición de la función de los ovarios. Por este motivo la mayoría de mujeres que amamantan no ovulan, y consecuentemente no tienen la menstruación. Por lo tanto, su deseo sexual no es el mismo, porque su instinto reproductivo es el mismo que el de una lechuga.

Así pues, después de dar a luz la falta de deseo sexual es una cuestión hormonal, biológica. Y encima le añadimos el cansancio físico que implica cuidar de un bebé todo el día y despertarse por la noche para alimentarlo… cuando llega la noche y todo el mundo se mete en la cama, el cuerpo pide dormir. Y no nos olvidemos de los cambios corporales tras el embarazo y el parto, ni del hecho de solo tener ojos para el recién llegado y no ver más allá.

En este escenario algunos hombres se sienten dejados de lado. Sienten que su mujer ya no les quiere igual, que no les hace tanto caso, que ya no tiene ganas de tener relaciones sexuales… en definitiva, sienten que se la han cambiado y que ya no es como antes, y algunos sienten verdaderos celos del bebé.

dibujo mami dando pecho cn papiEl posparto, e incluso el primer año de vida de un bebé, puede llegar a ser una etapa crítica para una pareja. Si hay amor, y por supuesto respeto, de todo se sale. Lo ideal es que cada uno comprenda al otro, sepa cómo se siente y que ambos pongan de su parte para superar cualquier posible bache. Él debe entender que todo esto es algo transitorio, que no será así para siempre, y que tiene una explicación biológica. Si la trata con mimo, paciencia y cariño, sin reproches por su transformación, todo será más fácil. Y ella debe intentar dedicarle algún momento a su pareja, y hacer que se sienta querido e importante. Y, sobre todo, es fundamental tenerse confianza, tener una buena comunicación y compartir los sentimientos mutuos con total sinceridad, intentando ser comprensivos el uno con el otro.

No olvidéis que es algo que le ocurre a infinidad de parejas… probablemente si lo comentáis con parejas de amigos os contarán exactamente lo mismo que estáis viviendo. Y cuando se comparte, parece menos duro.

Y tú, ¿con quién te irías a una isla desierta?