Sé que he hablado sobre la cesárea en otras ocasiones, pero es que no me canso de hacerlo. Y no porque prefiera la cesárea al parto vaginal, en absoluto, pero sí porque creo en una forma de realizarla que hace que se viva mejor, o como mínimo “menos peor”.

Hace pocos días asistí al parto por cesárea del tercer hijo de una familia. Sus dos cesáreas previas las vivió sola, con su pareja esperando fuera, viendo al bebé unos instantes y separándose de él hasta pasadas unas horas. En cambio en esta tercera tuvo a su pareja a su lado en todo momento, pudo ver a su hijo salir de su vientre y sostenerlo nada más nacer, en contacto piel con piel. Cuando habíamos colocado la última grapa el pequeño, con sus cinco sentidos en marcha, ya se había cogido al pecho él solo. Después de la cirugía permanecieron los tres juntos, recuperándose la madre de la anestesia hasta subir a la habitación.

Esto es algo que en nuestro hospital tenemos como procedimiento habitual. No da un trabajo extra, ni más complicaciones, y en cambio sí mayor satisfacción, y tiene influencias muy positivas sobre el bebé: manteniéndolo con su madre al nacer no solo ha demostrado ser seguro, sino que además tiene efectos beneficiosos en el establecimiento de la lactancia materna.

Pero ¿tan importante es la vivencia de la mujer y su acompañante? Pues sí. Un estudio reciente realizado en Massachussets (EUA) pone de manifiesto que entre un 6 y un 9% de las madres recientes presentan Trastorno de Estrés Postraumático relacionado con el nacimiento con todos sus síntomas. Y, si nos fijamos en síntomas aislados, sin cumplir criterios para diagnosticar el trastorno como tal, los encontraremos en el 30% de las mujeres. Analizando los casos estudiados, los principales detonantes de este problema son, por un lado, enfermedades psicológicas previas al embarazo y parto y, por otro, la experiencia vivida en el momento del nacimiento, sobre todo en caso de cesárea no planeada, sensación de falta de empatía de los profesionales o de poco apoyo, uso de instrumentación y complicaciones médicas.

¿Qué le ocurre a una mujer con Trastorno de Estrés Postraumático? Puede sufrir dificultad para establecer el vínculo con el bebé e incluso rechazo hacia el mismo, con una mala percepción de la maternidad, no desea otros embarazos y evita las relaciones sexuales. Además revive constantemente el momento del parto en forma de flashes, pesadillas e ideas repetitivas que va verbalizando hasta convertirse en prácticamente monotemática. Se siente sola, enfadada con los profesionales sanitarios y con su entorno, con síntomas de ansiedad y un estado de ánimo depresivo.

¿Todas las mujeres a las que se les realiza una cesárea sin su pareja y las separan de su bebé tendrán Trastorno por Estrés Postraumático? Muy probablemente no, pero algunas lo llevarán realmente mal.

¿Si las hacemos todas con un acompañante presente y sin separarse de su bebé evitaremos todos los casos de este trastorno? Muy probablemente no, pero quizás podremos evitar alguno que otro. También es importante que la cesárea esté bien indicada (que tenga sus motivos, etcétera) y bien explicada, pero el cómo se hace es sumamente importante y marcará la vivencia que esa madre y su pareja se lleven en su mochila.

¿Este tipo de cesárea se puede llevar a cabo en cualquier hospital? Médicamente es posible prácticamente siempre, simplemente hace falta adaptar la manera de trabajar y tener voluntad para ello, y para esto es necesario creer en la necesidad del cambio. Cada vez son más los hospitales que las hacen así, y muchos lo han hecho a raíz de las peticiones de las propias pacientes. Y es que cada día son más las embarazadas que buscan información sobre el parto, que leen, que se preparan, que no se conforman con el hospital de la esquina sino que buscan el que se adapta más a sus necesidades y expectativas, y que presentan un plan de nacimiento. En este proceso de búsqueda hay que informarse no solo sobre el protocolo habitual de asistencia al parto de cada centro, sino también hay que saber qué ocurre en caso de que sea necesario recurrir a la cesárea. ¿Se puede estar acompañada? ¿Siempre o solo en caso de cesárea programada? Algunos centros hacen distinciones entre las programadas y las de recurso o urgentes. ¿Se evita la separación del bebé? ¿Depende de algún condicionante? En algunos centros, por ejemplo, la madre y el bebé solo permanecen juntos si no hay más pacientes en la Sala de Reanimación, mientras que en otros es la norma si no hay ninguna complicación que obligue a lo contrario. ¿Suelen bajar el telón estéril para que los padres puedan ver nacer a su bebé? Esto, emocionante para muchos pero también excesivamente impactante para otros (por ello lo comentamos antes), también se hace cada vez en más centros.

Como veis, hay diferentes maneras de nacer por cesárea, y esperamos que cada vez más hospitales se vayan subiendo a este tren de convertir este tipo de partos en algo más familiar, sin ser ello incompatible con una praxis médica impecable. El cambio depende en gran parte de los profesionales, pero también de las madres y los padres. Recordad que en nuestros cursos online encontraréis toda la información necesaria para construir vuestras propias expectativas alrededor del nacimiento, que será un momento único, ¡sea como sea!

Desde Mater Training queremos dar las gracias a 40mes2fotografia por captar con el máximo respeto y sensibilidad las imágenes que os hemos mostrado en este artículo, por compartirlas y por darnos voz con nuestras ganas de cambiar un poco el mundo.

(Fotos: cesárea de  Mireia Navarro)